Cuba enaltece su legado patrimonial e histórico con uno de sus conjuntos escultóricos más grandes y jóvenes del país al declarar la Plaza de la Revolución Mayor General Antonio Maceo de Santiago de Cuba como Monumento Nacional.
La resolución, que determina esta condición la cual fue otorgada el pasado viernes, destaca la importancia cultural y social del área de concentraciones, la composición escultórica, y la escalinata-tribuna con sus recintos, que se encuentra a la entrada de la ciudad.
La Plaza fue inaugurada el 14 de octubre de 1991, durante la clausura del IV Congreso del Partido Comunista de Cuba, por el Comandante en Jefe Fidel Castro. Esta reconocida institución ha sido escenario de las principales concentraciones populares, marchas patrióticas, multitudinarios conciertos y eventos deportivos de la heroica ciudad oriental.
La Plaza exhibe una escultura de 16 metros del Titán de Bronce y 23 alegorías de machetes dispuestos de manera ascendente desde la posición horizontal hasta uno de más de 30 metros enhiesto como símbolo de la verticalidad del pensamiento maceísta.
Es este un espacio funcional desde el punto de vista arquitectónico que incluye desde un salón de protocolo, uno de reuniones que adorna un gran vitral con colores tropicales, como la Isla y una galería.
El célebre escultor Alberto Lescay, coordinador del equipo que diseñó y construyó la Plaza en nueve años de trabajo, afirmó que fue un extraordinario honor la realización de ese proyecto, convertido en uno de los símbolos de aquella ciudad y de la Asociación de Combatientes de la República de Cuba.
Allí resalta la Llama Eterna dedicada a los mártires de las gestas independentistas cubanas, frente a la sentencia del Lugarteniente General del Ejército Libertador de que “Quien intente apropiarse a Cuba, sólo recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre, si no perece en la lucha”.
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