San Carlos de la Cabaña era la fortaleza más impresionante y monumental de la colonia española, fue construida a unos 400 metros del castillo de los Tres Reyes del Morro en el lugar desde donde los ingleses dispararon a sus anchas los cañones contra la ciudad y que todavía sigue impresionando con sus imponentes murallas de finales del siglo XVIII.
Esta fortaleza conforma junto con el castillo de los Tres Reyes del Morro el Parque Histórico-Militar Morro-Cabaña. Allí se encuentra la colección de armas antiguas más importante de la nación, y cada noche, cuando los relojes marcan las nueve de la noche (21h), unos soldados, vestidos a la usanza de la época colonial, realizan una linda y vistosa ceremonia que se conoce como el “cañonazo de las nueve”, cañonazo que tradicionalmente se disparaba todos los días en la ciudad. Este disparo data de la época en que La Habana, lo que es hoy su centro histórico urbano, estaba rodeada por una gran muralla y, precisamente, el disparo indicaba el instante en que las puertas de la muralla serían cerradas.
Cuentan que el italiano Antonelli, ingeniero constructor del castillo de los Tres Reyes del Morro, cuando subió en una oportunidad a la Cabaña dijo de manera certera que quien se adueñara de ese promontorio podría dominar fácilmente a toda la ciudad de La Habana, haciendo clara alusión, por supuesto, a la posición estratégica del lugar. Y esto se hizo realidad en 1762 cuando los ingleses tomaron La Habana y usaron ese promontorio para atacar al Morro.
Luego de la ida de los ingleses y teniendo en cuenta esa experiencia, el Rey Carlos III de España ordenó la ejecución allí del castillo en forma priorizada con respecto a cualquier otra obra pública de la colonia.
Su construcción, que costó 14 millones de duros, se comenzó el 4 de noviembre de 1763 y se terminó se terminó en 1774. El ingeniero francés M. De Valliére utilizando a la vez dibujos suministrados por M. Ricaud de Targale elaboró los planos para la obra. Don Agustín de Sotolongo, quien fuera propietario de los terrenos, realizó su donación gratuitamente. Cuenta esta edificación con un polígono de 420 metros de exteriores con sus baluartes, terrazas, caponeras, y revellines flanqueados.
Esta fortaleza, San Carlos de la Cabaña, debe su nombre al Rey Carlos III y a la forma por la que era conocida la elevación donde fue edificada, pues todos la llamaban el Cerro de la Cabaña, porque había allí unas cabañas de pescadores.
Cuentan que cuando el Rey Carlos III conoció de su costo tan elevado, muy asombrado pidió un anteojo para tratar de verla, pues textualmente dijo: "obra que tanto ha costado, debía verse desde Madrid".
Indudablemente que su posición es realmente estratégica, por un lado domina la ciudad, la bahía y la entrada del canal, mientras que por el otro la parte norte de la costa de la ciudad. Fue considerada como la primera fortaleza de América en la época en que fue construida y la más considerable de Cuba precisamente por su admirable y sólida construcción
Esta antigua fortaleza militar, de la época colonial, más allá de su historia y características, cada día tiene en Cuba y en La Habana, en particular, una gran trascendencia. Allí se desarrolla anualmente la Feria Internacional del Libro, un suceso cultural de gran valía para los ciudadanos de San Cristóbal de La Habana.