martes, septiembre 26, 2006

Con Moncho el Gitano del Bolero

Una vez más Moncho, el Gitano del Bolero, encantó a millares de admiradores que acudieron a su presentación para disfrutar de su energía indiscutible en la escena.

Luego de tres años de ausencia de nuestros escenarios regresó este mimado del público cubano para seguir regalándonos su arte y su sensibilidad.

Ramón Calabuch, que así se llama, esta vez presentó su espectáculo "De La Habana a Barcelona, de la Rumba al Bolero no hay nada más que un paso".

El programa estuvo dividido en dos partes, la primera dedicada a la rumba flamenca acompañado por el grupo Chypen y la segunda dedicada al bolero con músicos cubanos.

Rindió tributo, en canciones catalanas a El Pescaílla, Peret, Serrat y Pacho Alonso, a los tres primeros por su contribución al pentagrama catalán, y a nuestro inolvidable Pacho por haberlo invitado a venir a Cuba; así comenzó la noche, con esa habilidad que posee el gitano para trasmitirnos su afecto.

La populosa Sala Avellaneda del Teatro Nacional estuvo repleta, el público no se cansaba de batir palmas, y lanzarle frases de cariño. La mayoría de los presentes rondaba entre los 70 y los 40 años de edad, pero acompañados de sus hijos y nietos. Canciones en catalán así como Puede ser, Adoro, Amor fugaz, Inolvidable, Que sabes tu, La distancia... incrementaron el fervor nocturno dentro de un público que continuamente se ponía de pie, o corría hacia el escenario para entregarle una flor.

Moncho había dicho: "hace 30 años que llegué por primera vez y los que fueron a verme en aquella ocasión ahora tiene 60, son abuelos como yo". En un momento recordó a su amiga Rocío Dúrcal y cantó para ella Ya lo ves, la vida es así.

Una lágrima cayó en la arena, Burriquito como tú, y Alegría de vivir, entre otras, fueron interpretadas por sus paisanos de Chypen, quienes recordaron al Peret en esta actuación, muy contentos de su primera visita a la Isla.

Momentos especiales fueron cuando Moncho cantó Llévatela y Usted es la culpable, o tocó el cielo con No, pieza del genial compositor mexicano Armando Manzanero, que en los años sesenta del pasado siglo causó sensación, interpretada por el también mexicano Carlos Lico.

Además de que la mayoría de las canciones estaban matizadas por la rumba catalana o el son cubano, Moncho se vistió de bolerista clásico en su interpretación de No, cuando nos regaló una versión excepcional, en voz, desgarramiento y profunda convicción.

No podían faltar las atrevidas y provocadoras versiones de Te extraño, Orgasmo y Soy lo prohibido piezas de gran sensualidad.

Me muero, me muero, su bolero emblemático, llevó al auditorio al frenesí sentimental y musical para finalizar un espectáculo que dejó a todos llenos de placer e hizo que el propio Moncho dijera a un reportero: "fue todo muy bonito, muy afectuoso…".




viernes, septiembre 22, 2006

Reencuentro entre amigos


El Festival de Cine Latinoamericano de La Habana siempre es una verdadera fiesta de pueblos y especial ocasión para el encuentro de amigos.

Todos los diciembres alimentan y enriquecen esos encuentros con el séptimo arte como leit motiv. Y hace 16 diciembres llegó a ciudad de La Habana un hiperkinético grupo de jóvenes universitarios latinoamericanos quienes dejaron huellas de su entusiasmo, el aprecio por la cubanía y hondos afectos que con el decursar del tiempo echaron raíces.

Y Luis, uno de aquellos, ha vuelto a La Habana; pero no motivado esta vez por el séptimo arte, por el que aún siente los mismos interés y afición. Ha sido para una reunión de pueblos , de más de cien pueblos; pero con objetivos muy diferentes a aquellos de cada diciembre.

Luis ya no es el imberbe estudiante, ahora es un sólido profesional que no ha olvidado a los amigos, a su gente de este lado del trópico, a los cubanos de pura cepa. Y siempre encontró unos minutos para el abrazo, para el recuento, para el delicioso mojito cubano, para el inventario de sucesos de todo tipo, los éxitos, las frustraciones, las lecciones vivenciales, y más que todo la profunda generación de energía positiva en torno al concierto de naciones.

De su asombro con la nueva cara del vetusto Patrimonio de la Humanidad que es nuestra Habana Vieja con su casco histórico, de sus experiencias por el África ardiente, o de sus tribulaciones en el viejo continente conversamos hasta el cansancio.

El tiempo ha pasado y nos ha hecho mejores seres humanos, nos ha hecho más conocedores yn os ha afianzado los puntos de contacto en el pensamiento de nuestro tiempo.

Gracias amigo por seguir siéndonos fiel, no es necesario reafirmarte que nosotros igualmente lo somos. Bien vale la pena detenerme a contar y recontar los minutos de satisfacción y agrado.


Se repetirán los encuentros y sabemos que el afecto seguirá latente, porque todos los latinoamericanos somos eso, miembros de una gran familia.


Gabriel y Andrés son los nombres de los nuevos miembros de la gran familia de cinéfilos, descendientes del buen amigo y de una no menos amiga, la siempre bella, inteligente y talentosa Ninoska, de quien igualmente guardamos magníficos recuerdos.

Sabemos que en la tierra de Juárez mucho se hablará del reencuentro, del que gracias a la magia de la tecnología digital nos han quedado huellas gráficas, algunas de las que hoy comparto con ustedes.

Una vez más vale decir que como se estrechan nuestras manos; así se estrechan las raíces de nuestros pueblos y culturas desde antaño bajo la tierra y a través de los mares.

El fruto crece y madura cíclicamente con nuevos bríos y ese dulzor propio del trópico. La amistad permanece, descansa plácidamente en el corazón de los hombres. A ella va nuestro canto esta vez.

domingo, septiembre 10, 2006

De fiesta con la Patrona de Cuba


Como ya es tradición, miles de personas marcharon en procesión por Centro Habana para celebrar el día de la Santísima Virgen de la Caridad del Cobre, Patrona de Cuba, y rendirle así un fiel homenaje.

El Cardenal cubano Jaime Ortega, encabezó la florida y alegre marcha mientras los fieles hacían su recorrido tras la engalanada imagen de la Virgen. La procesión recorrió unas 20 cuadras en el municipio de Centro Habana, ante la mirada curiosa de unos y el respeto y veneración de otros.

La procesión, desde que partió del templo, transitó parte de su recorrido por calles estrechas donde algunos vendedores ambulantes ofrecían flores, imágenes religiosas y velas.

El alegre y vistoso recorrido terminó en su punto de partida, la Parroquia de la Virgen de la Caridad, en la confluencia de las calles Manrique y Salud; donde luego el Cardenal Ortega dirigió una homilía a la patrona de Cuba.

Estas fueron algunas de las palabras del Cardenal Ortega haciendo referencia a las misas oficiadas en los templos católicos cubanos para orar por la salud de nuestro presidente: "Como no acudir (...) a la Virgen de la Caridad en esta hora de la Patria, como no invocarla en momentos tan significativos de la historia de Cuba, como hemos hecho los obispos cubanos a raíz de la nueva situación surgida por el estado de salud del presidente Fidel Castro".

"Como no encomendarle una vez más a Cuba para que, especialmente en este momento, reine la convivencia fraterna entre todos los cubanos, para que nada internamente perturbe la paz, para que la Patria conserve su identidad nacional y su soberanía, sin ninguna interferencia externa", añadió el Cardenal.

Se sabe que fueron realizadas otras 68 procesiones en nueve de las once diócesis cubanas en otras provincias.

La diócesis de Holguín, con la fiesta por esta fecha, inició su etapa preparatoria para la celebración del IV Centenario de la aparición de la imagen de La Caridad, que ocurrió en el año 1612, en la Bahía de Nipe, en la costa norte de esa provincia.

La imagen de nuestra virgen mulata acompañó siempre a los mambises y a todos los cubanos en sus luchas por la independencia. En el año 1915, los veteranos de Guerra del 95, solicitaron al entonces Papa Benedicto XV la confirmación de la Virgen de la Caridad como Patrona de Cuba, lo que le fue concedido en mayo de 1916, y el 8 de septiembre quedó declarado como su día. Posteriormente fue coronada en Santiago de Cuba por Juan Pablo II en su visita a Cuba en al año 1998.

Puerto Padre, la Villa azul de Cuba




Puerto Padre, la Villa azul de Cuba, es un municipio de la provincia de Las Tunas, frente a las aguas del Océano Atlántico. Esta ciudad se fundó en 1861, por ello podemos decir que la ciudad de Puerto Padre es relativamente joven.

El magnífico puerto, la reconocida belleza de sus playas y el potencial económico que adquirió a principios del siglo XX, con la fundación en sus predios de verdaderos colosos azucareros, hacen que Puerto Padre tenga una rica historia.

Cuentan que en el siglo XIX un grupo de pastores de caprinos vio asombrosamente que los chivos iban constantemente a tomar agua en el mar. No era lógico que bebieran agua salada, por lo que se interesaron en descubrir el asunto y notaron así que estos animales se proveían de agua dulce dentro del mar debido a que un grupo de manantiales brotaban en sus orillas.

Inicialmente decidieron proteger el sitio con un muro a la manera de los llamados pozos artesanales; pero posteriormente el diseño cambió y se modernizó de modo que ahora se puede observar, desde lo alto, la figura de un inmenso molino, símbolo de este poblado el cual posee gran cantidad de ellos para la tracción de las aguas.

En 1869 construyeron el castillo Salcedo o Fuerte de la Loma y en 1874 la empalizada que rodeaba a todo el poblado. Cinco años después instalaron la primera oficina de correos y en 1879 el ferrocarril que provocó entonces un crecimiento acelerado del poblado.

La economía actual de allí es bastante diversificada; el mayor central de azúcar crudo del país, una importante planta de derivados; lEmpresa minero-salinera; puerto Carúpano; empresa agropecuaria; el hotel Villa Covarrubias; y otros.

Puerto Padre fue proclamado “Primer Puerto Libre de Cuba”, durante la segunda etapa de las guerras independentistas del siglo XIX.

Luego, con la conocida intervención norteamericana en la guerra, en octubre de 1898, el poblado se constituyó en ayuntamiento por decisión del interventor yanqui.El gran honor de ser el Primer Puerto Libre de Cuba fue renovado de forma definitiva cuando el 25 de diciembre de 1958 las tropas del Frente Simón Bolívar tomaron la ciudad de Puerto Padre. El Fuerte de la Loma fue declarado Monumento Nacional.

Esta soleada y siempre alegre ciudad es hoy verdadero orgullo de sus habitantes




viernes, septiembre 08, 2006

Cándido, sonero y creador

Cándido Fabré, es considerado uno de los más versátiles soneros de Cuba, carismático y auténtico, capaz de adaptar el son a cualquier situación.


Liderando la orquesta Original de Manzanillo, donde el 90% de repertorio era suyo, Cándido fue uno de los principales músicos cubanos de la década 1983-93. Ha viajado por México, Colombia, Canadá, Venezuela y otros países. Ha grabó varios discos con títulos tan populares como Guayabita del Pinar y Cándido no seas travieso. Su equilibrio es una cuerda tendida entre el compositor y el intérprete, aunque artísticamente el cantante le ganó el pulso al autor en cuanto a reconocimiento público, al menos en determinados sectores.


Sus canciones han sido interpretadas en Cuba por la Orquesta Aragón, Los Van Van, Manguaré, Isaac Delgado, Ritmo Oriental, Los Karachi, Celia Cruz, Óscar D'León y Willie Chirino. En octubre de 1993 creó su propio grupo: Cándido Fabré y su Banda; que pronto se convirtió en una de las más populares. Desde entonces ha realizado numerosas giras, subiendo a los principales escenarios latinoamericanos y en especial europeos, donde logró un importante reconocimiento. Todo el repertorio demuestra que Cándido es más que un improvisador. Es Sonero y Creador

Cándido actúa regularmente por todo el país y graban para la radio y la televisión nacional.


Un importante periódico de Cartagena calificó sus improvisaciones vocales como “las mejores desde Beny Moré”. Cándido Fabré.


Este poeta nació el 20 de setiembre de 1959 en la Finca “La Guadalupe” en San Luis, Santiago de Cuba. En la escuela primaria, se subía en los pupitres a cantar. Había compañeros de voces impecables y él era un poco ronquito y hacia algo muy curioso; suplía los instrumentos con la boca pero Cándido les hacia nuevas letras a las canciones de moda, y le decían que era un poeta.


Fabré es uno de los compositores latinos más prolíficos, con más de mil canciones registradas, incluyendo algunas ya convertidas en clásicos como "¿Quién ha visto por ahí mi sombrero de Yarey?", "Hombres sin mujeres" y "Ensalada cubana".


Vale decir que su voz no es potente, pero es muy espontáneo y la disfonía lo acompaña siempre. Tiene un timbre muy particular, una voz que lo identifica. Cándido es jovial y afable, con mucho ritmo en su música, fácil interpretación, y temas de total actualidad, que hablan mucho de la realidad cubana y en la que esta presente la idiosincrasia de nuestro pueblo. Compuso la banda de sonido de la película española "Las edades de Lulú".


Recientemente lo tuvimos en la capital y no dejó de ser el suceso que siempre ha sido, al que ya nos tiene acostumbrados.