La agrupación femenina Obiní Batá, primera de su tipo en Cuba, integrada por bailarinas que cantan y tocan los tambores con igual perfección, cumple sus quince años de creación.
Esta agrupación realiza un espectáculo donde se mezcla la música, el canto y el baile a ritmo de tambor Batá, proyectando una imagen diferente en cuanto al rol de la mujer dentro de la complejidad de la música afrocubana, cuando a pesar de la línea fuerte del tambor mantienen su encanto femenino.
Su nombre, Obiní Batá, significa en términos linguísticos de procedencia Yoruba, mujeres que tocan los tambores Batá.
Los tambores Batá, originarios de Nigeria en el África Subsahariana, eran empleados por las tribus para transmitirse mensajes entre ellas, y en la liturgia para tocarle y cantarle a la deidad Changó, dios que representa la música.
En Cuba los Batá forman un conjunto de tres instrumentos de diferentes tamaños. El mayor “Iyá”, que significa madre, que lleva a cabo el ritmo oratorio de los toques; “Itótele”, el intermedio y “Okónkolo” el más pequeño.
Esos juegos de tres tambores sagrados deben ser construidos con madera enteriza de forma clepsídrica semejante a un reloj de arena. Llevan una medida rigurosamente exacta y se percuten sobre dos parches de macho cabrío tensados con cuerdas de cuero. El tambor Iyá tiene en sus extremos unas campanillas o Chaguarós, que el percusionista hace sonar.
Cuba es el único país que conservó esos tambores que llegaron, al igual que a Trinidad y Tobago y a Brasil, con los esclavos de Nigeria hace tres siglos.
Como elemento significativo vale señalar que todas las ejecuciones de estos sacros tambores pueden ser llevadas a cabo exclusivamente por hombres rigurosamente seleccionados.
La prohibición de que las mujeres toquen los tambores no responde a ningún capricho machista, sino a una costumbre religiosa.
Pero en Cuba, con el paso del tiempo y persuadidos por la gran riqueza de sonidos que emiten y se les puede extraer a estos instrumentos, se fabrican tambores profanos, construidos con duelas de madera y tensados mediante llaves de acero similares a las que se emplean en las tumbadoras o congas.
Comenzaron entonces a ser tocados en las orquestas y agrupaciones de música folklórica, pero los hombres continuaron desempeñándose como sus únicos instrumentistas, hasta que este pequeño grupo de mujeres integrantes de la compañía Conjunto Folklórico Nacional de Cuba, aprendieron a percutirlos y formaron el grupo Obiní Batá en el año 1993, haciendo cultura, arte, y no religión, como ellas mismas declaran.
Se convirtieron así en las primeras mujeres que en Cuba, y probablemente en el mundo, tocaron profesionalmente estos instrumentos.
Las seis bellas integrantes de Obiní Batá tocan, cantan y danzan la música que hacen. En la actualidad esta singular agrupación además de bailar, cantar y toca los tambores Batá, percuten cajones de rumba, tumbadoras o congas, chequeré, maracas, claves, campanas, bongoes, guayo y otros, que con un repertorio de música popular cubana, muy rica y diversa, las hace mantenerse dentro de la vanguardia musical contemporánea en la Isla.
Ellas abarca no solamente los toques, cantos y bailes de raíz afro, sino que se adentran en géneros de la música popular urbana y tradicional que incluyen composiciones de grandes maestros como Sindo Garay, Ernesto Lecuona, Moisés Simons, Benny Moré y muchos otros a los que ellas proporcionan una originalidad rítmica y un quehacer diferente mediante la interpretación con instrumentos de percusión ritmos tales como el son, la guaracha, el mambo, el bolero, el merengue, la rumba y otros.
Obiní Batá propone al espectador la satisfacción de un espectáculo interactivo, que logra la participación del público con el grupo poniendo de manifiesto su versatilidad en escena.
Todo ello podrá ser apreciado el 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer en un espectáculo titulado Del Tambor a la Poesía en la Asociación Cultural Yoruba de Cuba. Y el 21 de marzo estarán en un concierto extraordinario en el Teatro Astral auspiciado por el Instituto Cubano de la Música. (Publicado en Trabajadores por J. Risquet)