domingo, enero 20, 2008

La Lupe en La Habana

Desde su estreno absoluto el 20 de noviembre de 2004 en la sala teatro Adolfo Llauradó, la directora de esta puesta en escena, Bárbara Rivero, deseo ver el espectáculo con la actriz Monse Duany, en el escenario del centro nocturno La Red (ubicado en 19 entre K y L, en El Vedado), donde nació el fenómeno La Lupe, todo parece indicar que en el año 1960, ya separada del trío Tropicuba, con el que comenzó su carrera como cantante junto a su primer esposo Eulogio "Yoyo" Reyes. Luego de grabar como solista bajo el sello DisCuba el LP "Con el diablo en el cuerpo", Lupe Victoria Yoli Raymond se convirtió rápidamente en una de las más atractivas, aplaudidas y triunfantes figuras del mundo musical cubano, por lo que los habaneros hacían largas colas o filas en las afueras de La Red para ver a esta mujer, que al decir del cineasta español Pedro Almódovar "tenía un carácter efervescente y altamente combustible".

Norma Yoli Raymondi, hermana de La Lupe, residente en La Habana, quien asistió especialmente invitada a la función de La red, quiso aclararme que aunque se han difundido diversas fechas, según consta en una copia de la partida de nacimiento que ella tiene en su poder, la gran cantante que murió en New York el 28 de febrero de 1992, había nacido el 23 de diciembre de 1936 en el barrio San Pedrito de Santiago de Cuba, por lo que por estos días estaría cumpliendo 71 años. Norma, que ya cumplió los 76, se sintió felizmente emocionada por este acto de recordación. En una de las imágenes, el director teatral Carlos Díaz muestra su pull-over en el que lleva impreso el texto "Puro Teatro", título de uno de los grandes éxitos de quien, con su peculiar estilo interpretativo, polémica y provocativa, revolucionó el ambiente musical caribeño de su época, triunfó en importantes escenarios de México, Venezuela y EE.UU, y falleció en la ciudad de New York, tras vivir en albergues públicos y sufrir precarias condiciones económicas, cantando y grabando algunas canciones evangélicas, prácticamente olvidada por todos. La Lupe, en sus mejores y peores momentos, siempre confesó el sufrimiento que le provocaba su nostalgia por La Habana.

Irreverente, marginal, hiriente, trepidante, teatral, visceral, impúdica, salvaje, ciclónica, agresiva, demente, sensual, escandalosa, excitante, única, truquera, descarada, excéntrica, legendaria, irrepetible…

¿Pero, quién era esta mujer que no cabía en sí misma? ¿Quién era, que no alcanzaban las palabras?

Y por si no bastase, el testimonio de algunos que sabían muy bien cuanto decían: “Eres un genio”... (Pablo Picasso)... “La creadora del arte del frenesí” (Hemingway)… “Un animal musical“ (Jean Paul Sartre).

¿Sabría Pedro Almodóvar que al incorporarla en la banda sonora de su película Mujeres al borde de un ataque de nervios, iba a contribuir a la resurrección de un mito?

Me temo que a eso apostó, porque nadie hubiera podido desgranar con aquella voz suya el tema Puro teatro, y cómo no hacerlo si su vida, había sido un drama.

Desde entonces, el mito de La Lupe ha intentado traspasar las fronteras de la sombra; aunque penetrar su vida sea como hilar un collar de fuego.

La Sala Llauradó en esta reposición sigue siendo poco espacio cada noche para recibir a todos los que concurren a un encuentro con La Lupe. Muy significativa fue la exclamación de algunos presentes: “Bajó, la Yiyiyi bajó”. Ahora sólo queda la nostalgia y la complacencia de ver en escena a una actriz de la talla de Monse Duany regalándonos la vuelta de La Lupe. (con la colab. Reinaldo Cedeño)

martes, enero 15, 2008

Reino de los cocodrilos, La Boca

La Boca, en la Península de Zapata, en el extremo nordeste de Punta Hicacos, es un sitio muy especial, territorio donde se asienta la mayor población de cocodrilos en Cuba, porque allí se encuentra un criadero de estos animales en el que se concentran unos 10 mil ejemplares aproximadamente.

Esta instalación, creada en los primeros años de la Revolución cubana, fue construida para proteger a ese animal que corría el riesgo de extinción a causa de la caza indiscriminada a que había sido sometido por los hombres durante varias décadas del siglo pasado.

Allí, desde un rústico mirador se puede contemplar a los cocodrilos de todos los tamaños mientras dormitan en el fango. Es una vista muy impresionante que gusta bastante a los pequeños y de la que casi todos quieren llevar una fotografía como recuerdo.

En la Ciénaga existen en estado salvaje, dos especies de cocodrilo, el cocodrilo americano y el cocodrilo cubano, una especie endémica de Cuba, que en la actualidad sólo vive en la Península de Zapata y en la Ciénaga de Lanier, en la Isla de la Juventud, al sur de la Isla Grande.

Nos señalaba Roberto Ramos Targarona, más conocido por Toby, quién casi por más de un cuarto de siglo trabaja en el estudio y preservación de estos reptiles en el Criadero, que el cocodrilo cubano puede alcanzar hasta 4 metros de longitud, talla un poco inferior a la del mal llamado caimán americano. En el mundo existen 23 especies de Crocodílidos, de las que están presentes en Cuba tres, una de ellas, el caimán, fue introducida desde Colombia en el año1959 en la actual Isla de la Juventud.

Por su importancia, la especie cubana está protegida por las normas de la Convención Internacional para el Comercio de las Especies en Peligro de Extinción (CITES), organismo que clasifica a las especies atendiendo al grado de amenaza de extinción que sobre ellas exista.

En 1974 se inició la separación de esas especies confinadas en el Criadero de La Boca, esa acción permitió preservar las condiciones que identifican a cada grupo y salvaguardar a la especie cubana, una verdadera joya de la fauna de nuestro archipiélago.

En las últimas décadas se han realizado los estudios de las poblaciones silvestres de esos animales, y se ha logrado calcular la existencia en esta región natural de unos once mil ejemplares, lo que permite establecer estrategias precisas para su preservación.

Toby, el hombre más conocedor del fenómeno nos contó que estos trabajos se han realizado en un área de unos 300 kilómetros cuadrados, y se prevé extender esas pesquisas hacia nuevas zonas donde están creadas las condiciones de hábitat para la especie.

En La Boca también puede probarse la carne de cocodrilo que tiene, según se dice, propiedades afrodisíacas excepcionales. Acogedores restaurantes de la región permiten a sus comensales deleitarse con platos muy especiales a base de la codiciada carne.

viernes, enero 11, 2008

En Año Nuevo Shakespeare y sus Máscaras





El Ballet Nacional de Cuba ofreció su Gala por el aniversario 49 del Triunfo de la Revolución, en la sala García Lorca del Gran teatro de La Habana. En esta ocasión fueron anunciados los nombres de los artistas que serían incluidos en el libro de Honor del Gran Teatro de La Habana y se entregó el Premio Anual del Gran Teatro de La Habana.

Un vendedor de sueños nos lleva al mundo de la tragedia por medio de sus máscaras, símbolos de valores y pasiones. A partir de este precepto se teje la historia de Shakespeare y sus máscaras o Romeo y Julieta una las obras del Ballet Nacional de Cuba más aplaudidas en los últimos tiempos, con la actuación protagonista de los primeros bailarines Anette Delgado y Joel Carreño.

Con coreografía de la directora general de la compañía Alicia Alonso subió a la escena de la sala García Lorca del Gran Teatro de La Habana el pasado martes 1° de Enero y posteriormente las noches del jueves 3 y del viernes 4 además del sábado 5 y la y tarde del domingo seis.

La función del viernes 4 fue una Gala dedicada a los 280 años de la fundación de la Universidad de La Habana y los 85 años de la creación de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) y a los 85 de la revista Alma Mater.

Esta vez el Gran Teatro de La Habana otorgó su Premio Anual al bailarín y coreógrafo ruso Vladimir Vasiliev y reconoció el espectáculo Vida al Sur de la bailaora española Cristina Hoyos.

Vasiliev, última leyenda viva de la Danza de la generación de Nureyev, actuó hace 40 años en ese mismo escenario por primera vez en la isla junto al Ballet Nacional.

También fueron destacadas Dos gardenias para ti, Ibrahim, en reconocimiento al 80 cumpleaños del fallecido Ibrahim Ferrer, y el recital poético Viajera peninsular, presentada durante la pasada edición de La huella de España, así como la reposición por el Ballet Nacional de Tema y Variaciones, de George Balanchine.

Monte Cabaniguán, el mayor refugio de fauna de Las Tunas

Aproximadamente a 60 kilómetros de la ciudad de Las Tunas, en el municipio de Jobabo, se encuentra el Monte Cabaniguán, lugar de extraordinaria belleza natural con halagada diversidad biológica por la amplia variedad de su flora y su fauna.

Abundan en su extensa sabana las copernicias o palmeras de guano y en el estero sus manglares sirven de hospedaje perfecto a iguanas, flamencos cateyes, pájaros carpinteros, garzas, cocos, sevillas, pelícanos, torcazas y un sinnúmero de animales pequeños, que van desde cangrejos hasta lagartijas, quienes disfrutan la vida silvestre lejos del alcance de los depredadores.

En las tranquilas aguas nadan los peces, mientras en las ramas de los árboles se aprecian a simple vista las iguanas que se esconden con disimulo al notar la presencia de alguien extraño.

Resulta fascinante penetrar en lancha por el cristalino canal a través del estero colmado de inmensos manglares.

Allí en el área protegida de unas 14 mil 500 hectáreas, radica el mayor refugio de fauna del cocodrilo americano o acutus, cuya población se ha ido recuperando notablemente en los últimos años hasta mantenerse estable.

Deslizándose por las quietas aguas interiores del estero se llega a la salida al Golfo de Guacanayabo, donde se encuentra la estación biológica Don Miguel Álvarez del Toro, la cual está dotada de equipamiento para la observación y estudio de las diferentes especies que habitan en el refugio de fauna del Monte Cabaniguán.

El cocodrilo acutus es el rey del humedal, un reptil que ha logrado sobrevivir a siglos de depredación humana y que constituye en la actualidad una de las más preciadas riquezas de la fauna oriental cubana, en la zona perteneciente al humedal Delta del Cauto, en Las Tunas.

El Monte Cabaniguán está considerado por los expertos como el principal reservorio del cocodrilo acutus o cocodrilo americano, en todo el mundo. Las lluvias favorecen las extensiones de sus humedales.

Los más de 26 mil ejemplares de cocodrilos existentes en este lugar son los más beneficiados con el crecimiento de las reservas de agua, donde crecen y se reproducen de manera silvestre, fácil y espontánea. Desde 1990, biólogos del territorio tunero y del país comprendieron el significado que tenía investigar las características evolutivas del cocodrilo en esta parte oriental.

Para la gran cantidad de aves que habitan en este paraíso natural resulta placentera la vida. No necesitan emigrar ni buscar alimentos en otros puntos de la geografía. El imponente verde que les ha regalado la naturaleza con la abundancia de precipitaciones les motiva a permanecer en el sitio.

El Monte Cabaniguán ha recibido importantes visitas de ecologistas y especialistas medio-ambientales de diferentes partes del mundo, y es visitado con regularidad por los especialistas de la Empresa Nacional de Flora y Fauna unido a científicos de disímiles países.

Cabaniguán es actualmente un sitio de privilegio, por esa bien conservada población de cocodrilos, bien estructurada, bien protegida, donde se han llegado a contar hasta 300 hembras poniendo.

Los especialistas mantienen activadas unas cámaras automáticas infrarrojas, para monitorear cada detalle de las etapas de nidificación y reproducción. Igualmente registran los niveles de la salinidad de las aguas. El área protegida, aún cuando resulta un sitio alejado de la vida humana, cuenta siempre con la visita de hombres diestros en el control biológico y empecinados en proteger una de las 23 especies de cocodrilos que existen en el mundo, dos de las cuales están registradas solamente en Cuba. Ese reptil milenario, habitaba en esas tierras a la llegada de Colón, en la zona del delta del Río Cauto, entre lo que hoy conforman las provincias de Las Tunas y Granma.

Se ha testimoniado que entre los años 30 y 40, del pasado siglo, llegaban hombres que los mataban para vender sus pieles haciendo de esto un medio de vida. Por esa razón estuvo al borde de desaparecer porque estos perseguían a las reproductoras de mayor talla.

Hubo también conductas funestas de personas que los cazaban a tiros por el puro placer de la aventura o para comer sus carnes.

De ahí que aplicar medidas de protección y poco a poco ir cambiando la percepción sobre la importancia de esta especie fue algo que llevó tiempo y así volver a restablecer la población. No ha sido tarea de un día. Se ha requerido de la fuerza y el corazón de hombres interesados en la defensa de nuestras riquezas y patrimonios naturales.

Cuando Miguel Alonso Tabet, especialista principal de la estación biológica Don Miguel Álvarez del Toro, comenzó a encontrar algunas respuestas a sus incógnitas, pensó que en lugar de acutus bien le vendría el nombre de cocodrilo astutus, por su habilidad para adaptarse a los cambios y a las agresiones del hombre.

A principio de los años 90 del pasado siglo Manuel Alonso Tabet, trabajaba con una docena de hombres, pero hoy su equipo es de apenas tres, encargados de manejar la fauna. “Todólogos” prefiere llamarlos, porque realizan todo lo necesario con alegría, en un medio agreste que sólo es posible enfrentar en colectivo y con el corazón.

El contrabajo en La Habana





Original de Patrick Süskind, El contrabajo es una obra que trata, entre otras muchas cosas, de la existencia de un hombre en su pequeña habitación, en cuyo ámbito transcurre la acción; un microcosmos en el que aparece encapsulado el singular destino humano, del instrumento y también de su intérprete.

La inventiva de Süskind, su frío y lúcido sentido del humor corrosivo y su capacidad de poner al descubierto el envés alucinante de la existencia cotidiana obtienen en El contrabajo una pequeña y sorprendente obra maestra de concisión y síntesis. Es la historia de un contrabajista que sufre las mismas viscicitudes que su instrumento, el complejo de ser borrado por el conjunto, o de ver anulada su personalidad dentro del mundo sonoro de la orquesta a pesar de ser imprescindible para esta.

Susana Pérez se estrena como directora con este monólogo, a partir de un excelente texto con el que ha estructurado un hermoso y sugerente espectáculo teatral; sólo que no logro comprender el propósito de limitar al mínimo el espacio escénico. De esta manera, hay elementos escenográficos, como el tocadiscos y el sofá-cama, colocados de forma tal que dificultan la visibilidad del público sentado al extremo del lateral izquierdo.

Roberto Perdomo, cuyo atractivo físico le ha ayudado a abrirse puertas en el cine, el teatro y la televisión, puede demostrar en esta ocasión que cuenta también con otros atributos más relacionados con el talento artístico. Con inmejorable manejo de la voz y otros resortes actorales convincentes, parece estar enamorado de su personaje: así lo interioriza y lo proyecta de manera creíble. Insisto en que su trabajo corporal hubiera podido resultar tal vez más coherente con la dinámica con que Patrick Süskind describe en su texto original a este desconcertado, inconforme, solitario y neurótico instrumentista de una orquesta, si hubiera contado con más espacio físico para desarrollar las acciones. No obstante, este Perdomo, como El Hombre desaliñado y sudoroso, relata su historia con profesionalidad histriónica digna del mayor reconocimiento.

Digno de reconocimiento es también Susana Pérez por su trabajo de adaptación y dirección artística, el uso de sutiles argumentos con que la obra es traída a nuestros días, a nuestro país, lo que le concede frescura y contemporaneidad, algo que todos los públicos siempre agradecen. Al finalizar la representación escuché decir a Roberto Perdomo conmueve, convence a la repleta sala Llauradó, y a demuestra que hay en él suficiente vida interior como para lograr tan poética interpretación. (F. Pepe Murrieta)

El humorístico unipersonal aquicualquier@




Este es un espectáculo en el que el actor revisita personajes y situaciones mediante un juego donde se mezclan el humor blanco, la sátira, el costumbrismo y el humor musical.

Estrenado el pasado mes de julio del año 2007 mediante dos únicas funciones en la sala teatro del Museo Nacional de Bellas Artes, el actor Osvaldo Doimeadiós realiza un espectáculo típicamente humorístico -sin muchas intenciones teatrales- pero eso sí: humor con buen gusto, en el que diálogo y reflexión sobre muy diversos temas de nuestra sociedad pueden llevarnos por momentos, entre carcajadas, hasta el asombro.

A partir de un simple guión, el extraordinario actor va transitando por sus más conocidos personajes que ha hecho populares mediante la televisión, y algunos nuevos, donde Margot sigue siendo uno de los más aplaudidos.

Ahora en la Sala Llauradó, Osvaldo Doimeadiós ha repuesto este unipersonal en el que se viste y se cambia de trajes delante del público, canta y cuenta chistes, todo durante aproximadamente una hora cuarenta minutos, tiempo en que uno no tendrá dudas de que está frente a uno de los más profesionales creadores de la escena cubana de nuestros días, con la particular capacidad de hacer reír de manera irresistible, sin vulgaridades ni manidos o complacientes esquemas.