Con el término de Habaneras fueron definidas, en diversos lugares, distintas formas de danzas y canciones cubanas desde siglos anteriores. El término no sólo se utilizó para definir un tipo de canción popular cubana, sino que, además también se llamaría así, fuera de Cuba, a la Contradanza y la Danza que bailaban la burguesía y la aristocracia cubana.
La primera habanera que aparece publicada apareció en el Periódico La Prensa el 13 de noviembre de 1842 titulada El amor en el baile.
Es decir, parece que había otras canciones habaneras anteriores que no se habían "puesto en música" ni publicado antes. Algunas con muy bellos textos son recogidas por la tradición oral.
Con el paso del tiempo, se le dio este nombre a la canción culta para voz y piano a principios del siglo XIX. La Habanera sigue la pauta del ritmo tango en un compás muy lento, es una canción popular cubana que los marineros, viajeros y aventureros transportaron de aquí a Europa. Se dice que la Habanera junto con la guaracha y el punto cubano surgió en los momentos en que nacía nuestra nacionalidad, a fines del siglo XVIII.
La Paloma, la más mundialmente conocida y cantada Habanera, creada por el peninsular Iradier, es la primera que define para los tiempos venideros lo que se conoce hoy como Habanera aunque el pueblo la cantaba de antiguo en formas de guarachas populares, al igual que en los puertos que mantenían relaciones comerciales con Cuba como el de Cádiz.
El sitio concreto donde fue estrenada esta obra en La Habana no es fácil de localizar pues en aquella época, estos acontecimientos y conciertos se daban mucho en salones de grandes aristócratas, en veladas privadas.
La Habanera fue muy popular. Igual que la guaracha expresó una forma muy peculiar de cantar textos sencillos asumiendo la expresión del castellano que se habla en Cuba, con sus entonaciones y acentos, con su estructura silábica, que coincidía con la estructura melódica. El ritmo acompañante era más destacado al ser ejecutado por la guitarra, sola o en dúo, resultando una canción raigalmente cubana.
Fuera de Cuba la Habanera se emparentó con la aristocracia de la música culta. Bizet creó la Habanera de la ópera Carmen estrenada en 1875. Otros compositores franceses y españoles la usaron, adaptándola. Chabrier escribió su Habanera para piano en 1895. Debussy, La puerta del vino y La soire dans Granada. Ravel, la Habanera para dos pianos en 1898, que luego fue orquestada e incluida en su Rapsodia española, y en Vocaliso en forma de Habanera en 1907. Raúl Laparra hizo una ópera de nombre La Habanera.
La usaron Fauré, Saint Saens: también Albeniz y Falla así como muchos de los compositores de zarzuelas como Luisa Fernanda, Cádiz, Alma de Dios, Don Gil de Alcalá, Marina, etc. La Habanera se utiliza hasta en una opereta norteamericana de Víctor Herbert titulada Natoma.
En la época de oro de la Habanera, Caruso y Emilio de Gorgonza grabaron la Habanera A la luz de la luna que sonó en todo el mundo.
En 1890, el compositor cubano Eduardo Sánchez de Fuentes, compuso la Habanera Tú, que fue el primer tema que Cuba exportó a todo el mundo.
¿Y qué sucedió en Cuba con la Habanera? La Danza, para bailar, se convirtió en Danzón, y la canción Habanera, fue siendo sustituida por el bolero, la criolla y otros géneros de canción cubana.
Al parecer Roig, Lecuona, Matamoros, Anckerman y otros pocos compusieron algunos temas denominados como Habaneras hasta que el género se olvidó.
Actualmente, la Habanera en España es un género vivo, se celebran varios festivales y concursos anuales donde las Habaneras, siguiendo la pauta marcada por Iradier en La Paloma, son protagonistas. En el tradicional concurso de composición de música popular que se celebra cada año en Bilbao existe un premio especial a la mejor Habanera inédita presentada.
En la actualidad se hace un esfuerzo por recuperarla en el Festival de Habaneras de La Habana donde con la intención de revitalizar el género, se celebran concursos de composición e interpretación y se han logrado algunas de muy buena factura pero no se ha logrado su total promoción y divulgación.
En el siglo XX sólo se divulgaron y alcanzaron gran fama las habaneras Veinte años, de María Teresa Vera y Mariposita de primavera de Miguel Matamoros. Otras como La Rosa Roja, de Oscar Hernández, pronto se le cambió el ritmo al interpretarse como bolero por casi todos los trovadores. En el Movimiento de la Nueva Trova se conoció una bella composición de Silvio Rodríguez titulada En el claro de la luna, que resulta una habanera contemporánea con los valores de la tradición más definidos.
A estas tierras que baña el Caribe, los españoles no sólo aportaron sus genes, su religión, sus organizaciones sociales, su cultura y sus costumbres, sino que además realizaron un mestizaje cultural perfecto. Quien tenga posibilidad de conocer la vida cultural de Cuba en los dos últimos siglos comprobará que el mestizaje hispano-africano en el Caribe hizo surgir una nueva música con las mejores esencias de ambas.