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La música es, sin duda alguna, la que más ha influido en la personalidad del cubano. Se dice que en la isla hablamos cantando, bailamos al caminar y nos enamoramos con la letra de una canción. Es la música la que ha desarrollado el proceso evolutivo con más rapidez y fortaleza.
La Habanera, género musical nacido de la danza criolla y la contradanza, influyó en el surgimiento del tango argentino y otros aires sudamericanos. Investigaciones recientes afirman que en las contradanzas de Manuel Saumell (llamado El nacionalista) se encontraba ya el tiempo de habaneras; en La Tedesco, por ejemplo, la primera parte es prácticamente la forma que tendría después el danzón; incluso la canción y la guajira quedaron esbozadas en muchas de sus composiciones.
El Son y el Bolero llegaron a La Habana desde las provincias orientales, específicamente de Santiago de Cuba. El bolero apareció a principios de este siglo con los grandes compositores Alberto Villalón y Sindo Garay, con gran influencia de Pepe Sánchez (que escribió el primero Tristezas en 1883).
Aunque las principales canciones de la vieja trova eran boleros, se destacaron como compositores Orlando de la Rosa e Isolina Carrillo, quien dejara uno de los legados más sublimes de todos los tiempos con el bolero Dos gardenias. Desde la segunda mitad del siglo XIX se tienen noticias de la existencia del son montuno.
En 1920 el Sexteto Habanero hace su aparición en los salones de baile de alta sociedad en la capital. El trío Matamoros, comienza su larga e importante carrera en el año 1925 en Santiago de Cuba. El trío deja varias de las canciones clásicas cubanas como: Son de la loma, Mariposita de primavera y Lágrimas negras.
Poco después llega la primera época de oro del son, y surgen decenas de sextetos y septetos, algunos de los cuales empiezan a grabar para grandes disqueras norteamericanas. A los primeros exponentes del son le sucedieron Arsenio Rodríguez, Miguelito Cuní, Félix Chapotín y Roberto Faz, mientras Arcaño y sus Maravillas, La Sensación, y otras orquestas danzoneras y charangueras amenizaban los principales bailables capitalinos de esta primera época que abarca los años 40 y 50.
En 1950 Enrique Jorrín da a conocer La engañadora, primer Cha cha cha. Pérez Prado realiza en 1952 su primer mambo. El segundo esplendor del son ocurre en la década del 50 con la aparición de un hombre autodidacta procedente de Cienfuegos, Benny Moré, quien años más tarde se ganaría el título de El bárbaro del ritmo. El compositor y cantante revitaliza la forma tradicional al llevar el son montuno a un concepto de jazz band. Benny Moré es el músico cubano que más ha influido en el proceso evolutivo de la música cubana y caribeña.
En 1970 surge la orquesta de música popular bailable Van Van, con una sonoridad muy típica y moderna. Más tarde, el son le brinda su estructura a la salsa, que incorpora además ritmos caribeños y sonoridades de la música proveniente de las comunidades cubanas, dominicanas y puertorriqueñas en New York.
La salsa y la timba cubanas, muy conocidas hoy en día en casi todos los países del mundo, tienen su crecimiento y esplendor a finales de los 80 y principios de los 90 con la madurez de orquestas como Van Van, NG La Banda, y el surgimiento de orquestas jóvenes como Paulo FG y su Elite, Bamboleo e Isaac Delgado, entre otros, que se mantienen con pleno éxito musical hasta nuestros días.
Nuestra amiga Emma nos sugirió hace unas noches que nos fuéramos a celebrar la llegada de otro amigo a quien mucho queremos, David, en el restaurante habanero Los Nardos.
Aceptamos su propuesta y hacia allí nos dirigimos en una fresca noche novembrina.
Muchas personas encontramos esperando para subir al sitio. El atribulado portero, las caras ansiosas y el estoicismo con que esperaban su momento nos llamó la atención. No sería en vano la espera. Vale la pena, como dice el psicólogo de la TV.
Los Nardos evocan el suculento ambiente de las bodegas asturianas y la cocina siempre a base de ingredientes naturales.
Se podría decir que es un trozo de Asturias en el corazón de La Habana porque en esta acogedora casa la cocina se eleva a la categoría de sublime con mariscos de calidad, carnes melosas, caldos solventes y verduras al punto.
El trato agradable y su calidad, han hecho que en la actualidad cuente con un público fiel capaz de esperar hasta más de una hora por que se vacíe una mesa y poder entrar a degustar de las maravillas culinarias que allí se ofertan. La posibilidad de escuchar piezas interpretadas al piano y el violín en directo es otro de los muchos atractivos para su fiel clientela.
En un excelentemente ambientado primer piso, frente al Capitolio habanero propiedad de una añeja sociedad española, la Sociedad Juventud Asturiana, donde, hasta fines de 2002, mal funcionaban un minibar y unos billares; un genial golpe de timón lo transformó en el buen restaurante que es hoy. ¡Y el éxito fue extraordinario!
Reitero que normalmente hay que esperar por una mesa, porque la comida, el ambiente, el mobiliario y la decoración diseñados por la artista holguinera Merlis Fernández, y sobre todo los precios, son estupendos y atrayentes. Cuando un restaurante de ese tipo se llena de cubanos no hay duda: se come muy bien, sale barato y las raciones son abundantes. Los Nardos es el ejemplo perfecto.
Los cocineros confeccionaron la sugestiva carta, donde se destacan unos impecables escabeches, su Langosta a la catalana, la Cazuelita del Cantábrico o Los Camarones al ajillo.
Si la cocina es estupenda, lo mismo podemos decir del lugar donde se regodean artísticamente el cedro, la caoba y el cuero a la luz de las románticas velas.
Los Nardos merecen todos los elogios por su estilo y la calidad de su oferta.
Nosotros pasamos una noche ideal y la satisfacción nos duró por mucho tiempo.
Si alguna vez puedes llegar a Los Nardos, ya sabes que será una buena ocasión porque ese restaurante, francamente, está en la cresta de la ola.
Habaneros por nacimiento o adopción, visitantes de toda la Isla y hasta turistas extranjeros atraídos por la fe de los capitalinos en su ciudad esperaron en una larga fila a lo largo de la Avenida del Puerto hasta que les llegara el turno de pedir un deseo al dar tres vueltas a la antiquísima Ceiba, que bajo la sombra de una similar se fundó hace hoy 486 años San Cristóbal de La Habana.
Desde la tarde de ayer y hasta la medianoche, hora que la tradición popular marca como la más auspiciosa para caminar en torno a la Ceiba fundacional, hombres, mujeres y niños se congregaron en las inmediaciones de El Templete, pequeño edificio neoclásico erigido en 1828 en homenaje al establecimiento de la villa, en cuyo perímetro, rodeado por una cerca de hierro, se alza el árbol al que se le atribuyen poderes mágicos.
El rito, cuyo origen se pierde en el tiempo, quedó oficialmente reconocido en 1979 por la Oficina del Historiador. Desde hace algunos años, Eusebio Leal, Historiador de la Ciudad, reedita cada noche del 15 de diciembre la ceremonia de fundación de La Habana.
Inicialmente asentada en la costa sur, la séptima villa establecida por los españoles en Cuba está rodeada de más de una versión sobre su nacimiento. La de menos peso sugiere que la fundación se remonta al 25 de julio de 1514 o 1515, día consagrado a San Cristóbal, hombre, quien, según la Biblia, ayudó al niño Jesús a cruzar un río. El 25 de julio, según la citada teoría, fue luego transferido por la Iglesia al 16 de noviembre para que fungiera como día oficial del establecimiento de La Habana. La versión tenida como verdadera y pasada por los filtros de la comprobación histórica fija el surgimiento de La Habana el 16 de noviembre de 1519, fecha que apareció inscrita en una piedra en el mismo sitio donde se construía El Templete en homenaje a la fundación de la urbe.
Conocida como Columna Cagigal, en honor a quien ordenó su construcción, la piedra está conservada en el Museo de la Ciudad. También se demostró que la Ceiba ya estaba en el lugar cuando se ofició la misa que dejaba establecida la villa.
No existen evidencias documentales sobre el inicio exacto del ritual de la Ceiba, aunque podría remontarse al siglo XVII.
Con una extensión territorial de 727,4 kilómetros cuadrados y una población de dos millones y medio de habitantes, La Habana viene celebrando su cumpleaños desde inicios de este mes y la apertura de la temporada de festejos estuvo a cargo del Festival de Habaneras y el Concierto con las Orquestas sinfónicas de la Isla en la Plaza Vieja, rodeada por construcciones coloniales.
Una serie de exposiciones pictóricas, numismáticas y fotográficas, así como conciertos, espectáculos, conferencias y proyección de películas han animado el entorno de La Habana Vieja, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y actualmente sometida a un proceso de reconstrucción y conservación que día a día le devuelve el esplendor de antaño.
Mi preferida entre todas las compañías danzarias del país es Danza Contemporánea de Cuba, que fue fundada en 1959.
Esta compañía que el pasado 25 de septiembre cumplió cuarenta y seis años de labor sobre las tablas ha realizado 264 estrenos, manteniendo en su repertorio activo más de 60 obras, resultado de un arduo trabajo a partir de la continua búsqueda de un lenguaje universal, revelando siempre un estilo peculiar, de amplias posibilidades expresivas, armoniosa integración del teatro moderno y el lenguaje danzario contemporáneo con nuestros ancestros culturales afro hispánicos, fusionando estilos y formas de hacer.
Durante el año la compañía realiza varias temporadas en las que nunca faltan estrenos nacionales y mundiales. El teatro mella es casi su sede permanente, aunque también se presenta con asiduidad en el Gran teatro de La Habana, amén de los teatros de provincias durante sus sistemáticas giras por todo el país.
Con más de sesenta integrantes en activo, la mayoría fruto de la Escuela Nacional de Arte, donde adquieren una sólida formación académica; la compañía se diferencia de otras agrupaciones en tanto, formato, manera y resultado estético centrando su atención en el trabajo colectivo.
En su repertorio figuran obras como: El riesgo del placer del coreógrafo Joaquín Sabaté, en la que los bailarines mediante un juego de encuentros en el espacio, expresan sus cualidades físicas y teatrales, dominados por los entrecortados fragmentos musicales y limitados por una estructura rítmica y fugaz; El rapto de las mulatas, donde el coreógrafo, Isidro Rolando, rinde un bello homenaje a través de la pintura de Carlos Enríquez, a los pintores cubanos de todos los tiempos y en especial a los integrantes de la vanguardia, que supieron abrir sus puertas al mundo para mostrar lo cubano; y Quiero ser tu perro , una de las obras más recientes cuya sinopsis plantea que en medio del caos de un mundo globalizado, donde se impone la guerra, la manipulación por parte de los medios de información, del poder, lo abusos y asesinatos cada hora, el cine y las nueva nuevas tecnologías, son las inquietudes de esta un nueva generación, nuestros contemporáneos, que nos imponen felizmente sus creaciones artísticas. El coreógrafo, Julio César Iglesias, esta vez se apropia de su contexto universal, de un mundo postmoderno global, al cual no le es ajeno la estética visual del actor, director y guionista de cine estadounidense Quentin Tarantino y de los directores de arte y ensayo europeos, como François Truffaut y Jean-Luc Godard.
A través de modos de expresión, como el movimiento, el cual ha experimentado y enriquecido a partir de su conocimiento de la Técnica de la Danza Contemporánea Cubana, en contraposición e interrelación, al acercamiento propiciado a otras experiencias de contactos y reacción asimiladas de las escuelas europeas, y su inquietud visual para lo cual pone en función el cortometraje en conjugación con la Danza, donde a la vez es parte y todo a la vez.
Danza Contemporánea de Cuba ha recibido el aplauso del público y el reconocimiento de la crítica especializada en sus muchísimas presentaciones en países de América, Europa, Asia y África, así como en los más importantes festivales y eventos de danza en el ámbito internacional.
La Institución Cultural "Julio A. Mella" es uno de los más importantes teatros de nuestra capital. Está situado en uno de los circuitos culturales mas relevantes de la ciudad en la Calle Línea, en la populosa barriada del Vedado, en el municipio Plaza de la Revolución.
Cuando el público entra en la instalación tiene la posibilidad de apreciar la majestuosidad de su vestíbulo que le conduce, entre las plantas ornamentales y expresiones plásticas, hacia su lujosa Sala de Conciertos de mil 475 localidades, distribuidas en: platea en la primera planta y balcones y lunetas en el segundo nivel, a los que se accede a través de una original escalera de terrazo negro de doble vía, situada en el lobby.
La magia de la sala, conjuntamente con su enorme proscenio provoca al espectador el encanto de sentirse dentro de la propia escena. Es a mi entender uno de los teatros citadinos con mejor visibilidad desde todos los ángulos.
Este bello coliseo es hoy parte del Patrimonio escénico cubano, por su perfeccionamiento técnico en cuanto a la acústica, la visibilidad como señalaba anteriormente, su magnífica iluminación, la seguridad, el estilo constructivo moderno y muy especialmente por la diversidad y excelencia del elenco artístico nacional y de las más diversas latitudes que han abrillantado su escenario y contribuido al desarrollo artístico y cultural de Cuba.
El Teatro Mella acoge el Festival Internacional de Ballet ofreciendo funciones de concierto.
Ell Conjunto Folklórico Nacional de Cuba lo considera su propia casa y allí realiza sus temporadas anualmente. Lo mismo sucede con varias de nuestras más prestigiosas compañías de danza moderna, lideradas por Danza Contemporánea.
Programas humorísticos, festivales estudiantiles de danza, música, representaciones teatrales y espectáculos infantiles en las mañanas dominicales, hacen que este teatro permanezca en la preferencia de los ciudadanos amantes de las artes escénicas.
El Cabaret Tropicana, construido en 1939 en los antiguos terrenos de Villa Mina, en el barrio habanero de Marianao, pero no es hasta 1940 que adoptó dicho nombre a instancias de su director artístico. Hoy es el cabaret insignia de las noches habaneras.
Un complejo de fantasía nos envuelve a los visitantes nocturnos que así lo aceptamos, al penetrar en el Salón bajo las Estrellas, en complicidad con un escenario pleno de voces y bailarines que han sido clamados por las multitudes pero si ello no bastara, la exuberante vegetación y fuente del jardín invitan a descubrir aemás: El Salón Arcos de Cristal, El restaurante los Jardines y el bohemio Café Rodney.
El elenco del Tropicana ha sido desde siempre el de las estrellas que bajan en la noche para regalarnos arte nacido desde dentro, ese que a través del tiempo, deja huellas indelebles en el arte genuino. ¡Maravilloso!
Artistas clamados por los públicos más exigentes de todos los tiempos como Nat King Cole, Josephine Baker, Libertad Lamarque, Cheo Feliciano, Rita Montaner, Elena Burke, y Bola de Nieve, entre otros han formado parte del gran elenco de las noches estrelladas de Tropicana, que no ha dejado por un solo instante de ofrecernos arte nacional y universal.
El legendario cabaret Tropicana de Cuba se luce cada noche con un espectáculo que combina música, bailes, acrobacias, vestuarios multicolores y la interpretación de bellísimos temas del patrimonio cultural cubano.
El elenco de casi 300 artistas, entre músicos, bailarines y acróbatas, hace una presentación de más de dos horas hasta la medianoche.
Tropicana deleita con temas a ritmo de mambo, cha cha chá, son y danzón, entre los que no faltan algunos clásicos del legendario Benny Moré.
La noche en Tropicana es una noche inolvidable para los que amamos la buena música y la belleza de la danza.
Marea del Portillo es el más importante resorte turístico de la provincia de Granma; aquí toda la actividad gira en torno a la famosa playa de igual nombre y que resalta por sus arenas oscuras.
En esta zona se reproducen casi con exactitud las características presentes en el área de buceo de Santiago de Cuba, ya que es una prolongación de aquella. Hay hundido un viejo galeón con 36 cañones y sus características balas redondas, así como otro de los buques de la escuadra de Cervera, el "Cristóbal Colón", y que exhibe aún un alto grado de conservación.
Hacia Cabo Cruz, en el extremo suroeste de la región oriental, se abren fabulosos escenarios alrededor de la barrera coralina que allí se localiza, con corales Cuerno de Alce, gorgonias, abanicos de mar y profusión de peces, todo lo cual puede admirarse, por la existencia en Marea del Portillo de un centro de buceo.
Granma es nombre sugerente de historia pura, fue en esta provincia donde el indio Hatuey, protagonizó el gesto heroico que es antesala de la historia de las luchas cubanas contra la opresión y el dominio colonial español. Hatuey fue apresado y quemado vivo cuando se resistía a la conquista española. En estas tierras también ocurrió la caída en combate del héroe nacional de Cuba, José Martí, en Dos Ríos.
La playa manzanillera Marea del Portillo, con su agua prístina y cálida, es un regalo ideal para quienes buscan paisajes raros. Allí, hoteles de esmerado confort acogen a quienes prefieren el recogimiento y la privacidad de estos parajes remotos.
En la mayor de Las Antillas, más allá de buenas playas, calor de verano y hospitalidad criolla, se disfruta en distintos momentos del año de aquellas costumbres de épocas anteriores que perduran hasta la actualidad, como es el caso de las fiestas del Carnaval de La Habana.
Los tradicionales festejos del carnaval son esperados cada año con impaciencia por miles de personas, deseosas de disfrutar del agradable espectáculo que ofrece el desfile de carrozas alegóricas y comparsas, en una mezcla explosiva de alegría y color para todos los gustos.
La mencionada ceremonia constituye una de más viejas tradiciones del país, que tiene sus raíces en siglos pasados durante las celebraciones del día del Corpus Christi y la Epifanía, cuando los negros esclavos organizaban danzas y marchas colectivas.
Autorizados por sus amos españoles, los esclavos africanos disfrutaban algunos días de asueto una vez al año, además de que cada seis de enero o Día de Reyes se les permitía reproducir los cantos y danzas de sus tierras nativas.
Las fechas han ido variando con el tiempo, hasta llegar en los últimos años a llenar un espacio en el verano cubano, época preferida por la población para sus vacaciones.
El torbellino de música salsa y color es animado por comparsas con tradiciones de años, entre las cuales figuran La Jardinera, la Giraldilla de La Habana, Guaracheros de Regla, Los Marqueses de Atares y El Alacrán.
Muchas de esas agrupaciones, que en ocasiones tienen su origen en barrios de la capital cubana, preparan a su relevo en los más pequeños, para los cuales también hay lugar en los festejos del carnaval.
Precisamente uno de los días de fiestas se dedica por completo a los niños, con payasos, magos, carrozas y golosinas que llenan ese escenario natural para el disfrute que es el Malecón habanero, donde el calor se compensa al anochecer con la agradable imagen que brindan las azules aguas del mar.
Para aquellos que por primera vez se tropiezan con estas fiestas, la unión de elementos como el intenso color, danzas tradicionales y ritmos criollos -en muchos casos acompañados del tambor y el agudo sonido de la corneta china- les crea un sentido de pertenencia que los llama a repetir la experiencia.
Cada año los espectadores se convierten durante el desarrollo de las fiestas en participantes activos, pues a decir de muchos el sonido de la música interpretada por los grupos populares más selectos de la isla y los pegajosos estribillos constituyen un llamado a la danza, no importa la procedencia de las personas, ya sean nacionales o extranjeras.
Los desfiles por el paseo del Malecón tienen asimismo entre los personajes mas demandados a los llamados "Muñecones", enormes figuras que representan a los más diversos personajes, además de los faroleros, artistas que se integran al espectáculo portando aditamentos multicolores que hacen girar de forma continua.
Como complemento, platos de la gastronomía cubana, refrescantes bebidas -en especial la popular cerveza bien fría y el genuino ron de la isla- y el escenario natural que ofrece el Malecón se combinan para integrar una opción esperada por aquellos que prefieren el verano para visitar al país.
Bucear es el acto por medio del cual el hombre penetra en el mar, un lago, río o cualquier lugar con aguas, con el fin de desarrollar una actividad deportiva, comercial o de investigación científica o militar.
Adentrarse en el mundo del buceo significa penetrar en un medio ambiente al que no estamos adaptados. Por lo tanto, siempre se deben respetar las leyes naturales que lo rigen.
Desde el comienzo de su historia, el hombre ha sentido curiosidad por descubrir que es lo que se oculta en los fondos marinos. Han sido muchos y muy variados los inventos y artefactos que se han intentado utilizar a lo largo de los siglos con este motivo, pero es sólo a partir de mediados del siglo XX que se ha masificado la práctica de este deporte.
A través de la historia, el buceo ha contribuido con aportes científicos, geológicos, arqueológicos, históricos y de investigación en general. Además, se convirtió en una actividad de gran atractivo turístico. La exploración, la fotografía y la realización de videos predican la conservación y protección de la flora y fauna marina y todos los aspectos que pueden beneficiarlas.
• El buceo es el deporte más completo ya que es el que más grupos musculares ejercita.
• Favorece la respiración ampliando la capacidad pulmonar, ejercita las habilidades psicomotrices, etc.
• Favorece la relación del individuo con el medio acuático, logrando en éste una mayor relajación y tranquilidad.
Para bucear, hay que tener en cuenta que la fortaleza y el dominio mental sobre el organismo son fundamentales para lograr una adecuada relajación.
También es importante realizar un chequeo médico periódico, especialmente de:
corazón, pulmones, oídos y vías respiratorias en general.
Esta actividad exige una buena condición física, que permita: nadar aceptablemente, ayudar a un compañero en caso de emergencias y desenvolverse hábilmente en situaciones imprevistas.
La más hermosa de las playas cubanas, Varadero (a solo 135 Km. de la Habana), tiene más de 20 Km. de playa de arenas blancas y aguas turquesas. Radican allí varios centros de buceo con todas las condiciones para la práctica de este deporte.
Cavernas inundadas por agua dulce y salada (Cueva Saturno), arrecifes coralinos (Playa Coral) con más de 30 especies de peces así como restos de un barco mercante alemán hundido en 1943. Especies como el pez ángel, langostas y morenas verdes pueden ser vistas en esta agua. Profundidad: de 10 a 25 m.
Durante el primer cuarto del siglo XVI, como parte del proceso de colonización española en la Isla de Cuba, se fundaron las siete primeras villas. Posteriormente, el asentamiento fundado por Vasco Porcayo de Figueroa capitán de conquistadores con el nombre de Santa Cruz de Vasco Porcayo, es trasladado en dos oportunidades con los nombres de Santa Cruz de la Sabana del Cayo y San Juan de los Remedios de la Sabana del Cayo, éste último hacia 1578 ya con la denominación de villa.
Este punto poblado, a pesar de no haber constituido inmediatamente su ayuntamiento por las características misteriosas que le impuso su fundador, constituye una fundación del siglo XVI dentro de la campaña colonizadora española en Cuba.
Hasta la década del 70 del siglo XIX constituyó la región remediana una amplísima jurisdicción cuyos límites se extendían hasta los actuales de las provincias de Matanzas y Ciego de Ávila con el nombre indígena de Sabana o Sabaneque.
La ciudad es el elemento integrador de la voluntad del hombre, desde su fundación y en cada uno de los momentos y etapas de su historia. En la misma están contenidas todas las actividades humanas. La imagen de la Ciudad de San Juan de los Remedios se percibe a través de sus sendas. Cada lugar es un paréntesis explicativo de su historia. Cada barrio es muestra de su evolución y florecimiento o de momentos de depresión económica. La arquitectura colonial, es un hito que marca el tiempo y los diferentes períodos históricos.
Hacia el centro corazón y médula primitiva abundan los amplios portales libres con forma de corredores; grandes ventanales, rejas de hierro forjado, guardapolvos conopiales y grandes aleros apoyados sobre peculiares ménsulas de madera.
Los techos son de armaduras, en ocasiones simples y otras veces altamente decorados. Abundan los patios interiores, inundados de abundante vegetación que filtran el aire y tamizan la luz dejando pasar imperceptibles rayos coloreados por los vidrios dibujados de los vitrales, en algún momento inspiradores de notables artistas plásticos como Amelia Peláez.
La ciudad de Remedios cuyo Centro Histórico Urbano fue declarado Monumento Nacional en 1980, su historia, su gente, son el reflejo de su evolución histórica dentro de la cual se han desarrollado múltiples leyendas y tradiciones llegadas a nuestros días.
La irregularidad de las calles constituye un laberíntico espectáculo preñado de sorpresas, cuya estrechez sombreada invita a caminar debajo de los grandes aleros que protegen bondadosamente de la intensidad solar hasta que por detrás de los recovecos comienza a descubrirse la imagen de una plaza que de pronto nos transporta a la pasada y antiquísima historia remediana.
La legendaria plaza José Martí, otrora de la Parroquial y de Isabel II, con sus enormes flamboyanes inundados de rojas flores, constituye la célula urbana primera de la legendaria ciudad y lugar desde donde partió la enredada trama urbana con sus irregulares cuadrículas que conformaron el Centro Histórico Urbano desde las primicias del ya lejano siglo XVIII en el que se pueden observar hoy valiosísimas edificaciones demostrativas de esta época como la casa del Alférez Real, la de la familia Rojas, la de los Lobatón y Pangua, entre otras. En esta atractiva plaza se destacan las siluetas de los campanarios de la Parroquial Mayor de San Juan Bautista y el de la Iglesia del Buenviaje, situadas a ambos lados de la misma, como caso excepcional en el país, hecho que llena de sano orgullo a los pobladores de la antigua villa. Uno frente al otro estos templos han establecido un permanente diálogo multicentenario en medio de la paz eterna de sus vetustos muros.
El Centro Histórico Urbano es testigo de un legendario, fuerte y atrayente proceso cultural dentro del que se destacan las incomparables parrandas remedianas las que, cada 24 de diciembre se desarrollan en este escenario y por su antigüedad, trayectoria histórica, inalterable belleza y sobre todo por su significación para el pueblo remediano, así como por su trascendencia para el país, fueron declaradas como fiesta nacional junto a los carnavales de Santiago de Cuba y a las Charangas de Bejucal.
Complementan este amplio espectro cultural las innumerables leyendas entre las que descuella la hermosa fiesta sanjuanera o de San Juan que se celebra el día 24 de junio desde el siglo XVIII temprano y que ha trascendido hasta nuestros días.
La presencia de connotadas figuras de alto valor intelectual como el músico y abogado Alejandro García Caturla de trascendencia internacional, conforma un riquísimo mundo cultural que junto al patrimonio arquitectónico e histórico integran una variada gama de aspectos que nos conducen a una ciudad llena de significados cristalizados en la música, en sus muros, en los dibujos de sus afiligranadas rejas y otros elementos de hierro, sus vitrales... y arcos. En su imagen toda está su gente, la ciudad y sus tradiciones.