martes, febrero 23, 2010

Preserva tradiciones Tumba Francesa la Caridad de Oriente


La Tumba Francesa la Caridad de Oriente, agrupación centenaria que mantiene una tradición de música y danza nacida en Santiago de Cuba y gestada en Haití, preserva su originalidad a sus 148 años de vida.


Fundada el 24 de febrero de 1862, la sociedad preserva las esencias espirituales y materiales heredadas de sus ancestros, esclavos haitianos traídos desde Saint Domingue tras la Revolución que culminó en 1804.


Cantos, toques, bailes, fenómenos lingüísticos, patrimonio culinario, el respeto por sus ancestros, la unidad y cooperación entre sí y la necesidad de mantener su tipicidad, le valieron la condición de Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad en 2003, otorgada por la UNESCO.


Grupo portador de la cultura popular tradicional, sus miembros heredaron de las generaciones precedentes la tradición de bailar y cantar a la usanza francesa con toques africanos.


Nació como Tumba Francesa Lafayette, pero en 1905 se dividió y tomó el nombre de La Caridad de Oriente, en honor a la Patrona de Cuba, la Virgen de la Caridad del Cobre.


Sus orígenes se encuentran en la mezcla de razas resultado de la presencia haitiana y africana en las plantaciones cafetaleras del suroriente cubano.


En el siglo XIX, durante los días festivos de los Santos Patrones, los dueños les permitían a sus esclavos celebrar en una expresión cultural que pasaría a la historia como Tumba Francesa.


Esas sociedades reunían no solo a haitianos, sino también a esclavos y negros libres, cubanos y africanos de diferentes etnias.


La expresión está compuesta musicalmente por instrumentos y ritmos típicos de la región africana de Dahomey, y movimientos con apropiación de danzas, vocablos para los cantos y elementos del atuendo de los amos.


Tambores confeccionados con madera recia y piel de chivo curtida generan la música.


Los bailes incluyen el Yubá, expresión de arraigo africano en que Fernando Ortiz vio los antecedentes del guaguancó y la rumba cubana, el Masón que recuerda las danzas en cuadrillas de los salones parisinos, y la popular Tahona, manifestación colorida vinculada al carnaval santiaguero, entre otros.


Integran hoy la asociación 25 personas, y la sede está ubicada en la céntrica calle Carnicería, de Santiago de Cuba.


Acreedora del Premio Nacional de Cultura Comunitaria en el año 2000 y el Premio Memoria Viva 2003, la sociedad está vinculada al proceso histórico revolucionario cubano, pues insignes hijos de esta tierra estuvieron integrados a ella.


Un toque de tumba antecedió el grito de independencia de 1868 en La Demajagua, la sociedad acogió entre sus miembros a ilustres generales mambises y fue centro de conspiración del movimiento de lucha clandestina para el derrocamiento de Fulgencio Batista.


Con su actual presidenta Andrea Quiala al frente, la agrupación mantiene viva la memoria histórica y las raíces franco-haitianas de la cultura cubana.

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