El estreno de la música de la marcha La Bayamesa, devenida Himno Nacional de Cuba, fue recordado en la ciudad oriental de Bayamo, donde el 11 de junio de 1868 ocurrió el trascendental hecho político y cultural.
La conmemoración tuvo lugar frente a la Iglesia de San Salvador, escenario del suceso, y en cuyo pórtico se realizó además la primera interpretación oficial del Himno, el ocho de noviembre de 1868.
El historiador Carlos Rodríguez Lora recordó que los conspiradores independentistas aprovecharon una ceremonia litúrgica en alabanza al cuerpo de Cristo, para dejar escuchar en toda la ciudad las notas guerreras, frente a las principales autoridades españolas de la comarca.
Resaltó las dotes artísticas que inspiraron al líder Perucho Figueredo para componer la pieza, y su resolución ante las presiones del gobernador Julián de Udaeta, quien reconoció en La Bayamesa una marcha guerrera y no un cántico religioso.
Rodríguez destacó el valor del maestro Manuel Muñoz, orquestador de la obra, y el cura Diego José Baptista, quien autorizó el estreno en su parroquia de la marcha patriótica creada por Figueredo en agosto de 1867.
Esa célebre mañana de junio de 1868 -dijo- es la génesis de la tradición de bandas de concierto en Cuba, ya que marcó el nacimiento de la agrupación de Bayamo, la más longeva y primera intérprete del Himno.
El proyecto gubernamental para crear instituciones similares en todos los municipios del país, iniciado en Granma en 2004, rinde tributo a ese importante hecho histórico y artístico, y constituye además un gran logro de la Revolución y la cultura, agregó.
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