Venezuela y Puerto Rico, hermanadas histórica y culturalmente, protagonizaron una fiesta que mostró la diversidad cultural y la unidad de esas naciones latinoamericanas, a través de la música campesina.
El tres y el cuatro, instrumentos de cuerdas exponentes de las expresiones autóctonas de esos países, brillaron en la gala donde el tresero Pancho Amat y el pueblo puertorriqueño fueron distinguidos con el Premio de Honor Cubadisco 2010.
Ciro Benemelis, presidente de la fiesta del disco cubano, entregó el reconocimiento a Amat, quien se alzó además con el Gran Premio Cubadisco por su disco Yo traigo un son; y a José Antonio Rivera, director del grupo borincano Mapeyé, a nombre de Puerto Rico.
Recibir un reconocimiento como este en un país de músicos es un orgullo, expresó Amat, heredero de los intérpretes del cordófono cubano, que marcó la sonoridad de géneros como el son y la trova tradicional y lo agradeció ejecutando el tres con virtuosismo.
Rivera agradeció el galardón a nombre de los boricuas y proclamó su solidaridad con el pueblo de Cuba.
Sabemos que los países del mundo contamos de manera incondicional con su apoyo, agregó.
La Feria Internacional Cubadisco 2010, dedicada a la música campesina, convocó a los repentistas del orbe a participar en la cita anual.
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