sábado, julio 18, 2009

Manon, apoteosis danzaria del Royal Ballet en La Habana

La noche del 17 de julio hizo historia en el decursar de las presentaciones danzarias en la ciudad de La Habana y en toda la Isla. La primera bailarina del Royal Ballet de Londres, Tamara Rojo estrenó en el Teatro Karl Marx la coreografía "Manon", junto a nuestro Carlos Acosta, en una presentación magistral tras haber asegurado que Manon, del desaparecido coreógrafo británico Kenneth McMillan, es una obra maestra a la que incluye entre sus favoritas porque tiene una fuerza dramática indescriptible, que le exige todo: técnica e interpretación.

Alguien dijo que Tamara y Carlos eran una pareja de ases, y no se equivocó.

Manon es un ballet concebido en tres actos, centrado técnicamente en sus pas de deux por lo que demanda extrema coordinación entre los bailarines en un escenario lleno de contrastes. Es un gran drama en el que se debaten la avaricia y el orgullo personal, el amor y la deslealtad, la moral y el resentimiento.

Manon era una joven campesina, de especial belleza, lo que hace que todos los hombres se sientan atraídos ante su presencia. Por no seguir viviendo en constante pobreza y humillación, esta escapa hacia la capital. En París encontró una sociedad donde la riqueza y la corrupción florecían junto a la degradación total del ser humano. Allí, en pleno siglo XVIII debió abrirse paso la bella Manon convertida en una cortesana.
Luego, de cortesana parisina termina como fugitiva en los pantanos de Louisiana, en los Estados Unidos.

La presentación del Royal Ballet en nuestra capital es considerada como la más trascendental en 2009, y el mayor acontecimiento del mundo del espectáculo para Cuba en muchos años. La habitual gira internacional de verano del Royal Ballet comenzó este año con presentaciones en Granada, España, y posteriormente irá a Washington.

En las inmediaciones del teatro, en la calle 12, fue colocada la pantalla gigante como antes fuera hecho en los jardines del capitolio, para que todos aquellos que no tuvieron la posibilidad de entrar al teatro, pudieran disfrutar del estreno de Manon por el Royal Ballet.

Tamara Rojo, quien se ha presentado en múltiples ocasiones en escenarios cubanos, consideró que haber incluido a La Habana en la gira de verano del Royal es una ocasión increíble para que los ingleses conocieran a un público tan entendido y apasionado por la danza como es el cubano. Ella declaró que la experiencia de bailar con distintas compañías la han enriquecido mucho y con el Royal Ballet constituyó la consecución de una meta.

Constantemente reconoce que su paso por las compañías English National Ballet, el Ballet de la Ópera de Niza, Scottish Ballet, el Ballet Nacional de Cuba, la Ópera de Berlín y los nueve años que lleva en el Royal, le han permitido aprender mucho, desde la profundidad interpretativa y la sobriedad estética del ballet británico hasta el júbilo brillante del cubano; y cree que el haber madurado como intérprete está ampliando sus perspectivas como creadora.








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