Hace cinco años nos dejó el vacío de su taconeo y su expresión flamenca en los escenarios para unirse a los grandes que como él conforman la gloria cultural universal.
Antonio Gades, el artista el inquieto trasgresor de normas y reglas danzarias no está físicamente pero nos dejó sus enseñanzas, su amor y su entrega al arte, a la danza flamenca, a sus raíces y nos queda siempre el recuerdo de un bailarín excepcional, de un hombre sincero que hizo de su compromiso político una obra de arte sobre las tablas de la vida.
La cultura popular, la cultura que brota del pueblo y de sus expresiones de alegría, dolor o anhelo, perdió con Gades a uno de sus más destacados representantes
Fue él un hombre que tuvo una fuerte relación con nuestra Isla, se manifestó contra el embargo comercial estadounidense y fue condecorado con la Orden José Martí en el año 2004.
El bailarín y coreógrafo sufría un cáncer que acabó con su vida a los 67 años en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid, donde estuvo ingresado varios días.
Toda su obra tuvo algunos importantes reconocimientos, como el Premio Nacional de Danza en 1988, por su labor como puente entre la tradición flamenca y los aires de modernidad que vive la danza española.
Militó en el Partido Comunista de los Pueblos de España, siendo miembro de su Comité Central hasta su muerte y se mantuvo vinculado al Partido Comunista de Cuba toda su vida.
Las cenizas de Antonio Gades reposan definitivamente en el Mausoleo a los Héroes y Mártires del Segundo Frente Oriental Frank País erigido en las montañas de la Sierra Maestra. Relevante homenaje póstumo concedido al bailarín y coreógrafo en atención a sus excepcionales cualidades artísticas y humanas, y a su condición revolucionaria.
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