Premio Nacional de Investigaciones de la Cultura para Ramiro Guerra
El ministro de Cultura de Cuba, Abel Prieto, entregó en una ceremonia efectuada en el Café Teatro Bertolt Bretch, el Premio Nacional de Investigaciones Culturales 2009 a Ramiro Guerra, conocido dentro del panorama cultural cubano como El Padre de la danza moderna en Cuba.
Ramiro Guerra, poseedor de relevantes premios nacionales como son el Premio Nacional de la Danza, el Premio Nacional de Enseñanza Artística y el Premio Alejo Carpentier de Ensayo, se hizo merecedor de un diploma, por la obra de toda su vida, el cual fue confeccionado por Pedro Pablo Oliva, destacado artista de la plástica contemporánea cubana.
Son numerosos los aportes realizados por el homenajeado a la espiritualidad de sus compatriotas, hecho que fue destacado por el doctor Fernando Martínez Heredia, director del Centro de Investigaciones de la Cultura Cubana Juan Marinello, la institución que confiere este lauro, junto al Ministerio de Cultura.
Martínez Heredia recordó que Ramiro Guerra, a su regreso de Nueva York en 1948, lugar donde se formó en la escuela de la famosa bailarina y coreógrafa Martha Graham, fue el pionero de la danza moderna en Cuba, primero como sobresaliente bailarín y después como fundador de la primera compañía dedicada a ese arte junto a Lorna Burdsall y Elena Noriega.
Investigador, ensayista y crítico, bailarín, coreógrafo, promotor y maestro de las primeras generaciones de esta técnica en el país, con su trabajo creó las bases para el desarrollo del estilo de la actual danza cubana.
Su labor como coreógrafo principal del Conjunto Folclórico Nacional, como profesor de varias generaciones de bailarines y autor de numerosos textos esenciales sobre danza moderna y la forma de bailarla en Cuba fue también motivo de elogio.
Con su habitual buen humor, Ramiro Guerra hizo varias anécdotas acerca de sus primeras presentaciones en la Isla en la década de los años 40 del siglo pasado, el rechazo que provocó inicialmente y después la progresiva aceptación al ir descubriendo las claves cubanas para asumir la danza moderna.
El laureado destacó que este era un premio doble, porque con él se reconoce el quehacer de toda una vida y un nuevo libro que próximamente saldrá publicado con el título Develando la danza, acerca de la semiótica de ese género, tema que inédito en el mundo, según Ha podido consultar.
Ramiro Guerra fusionó la técnica de la danza moderna con el folclor cubano, mezcló vanguardia y tradición para expresar al ser cubano. La presentación de la Compañía de la Danza y el Espectáculo de Santiago Alfonso, que interpretó las coreografías La Negra Tomasa, Escape y Sin timbal sirvió de colofón a la colorida ceremonia.
Premio de Enseñanza Artística para Lorna Burdsall
La ex bailarina y coreógrafa Lorna Burdsall ha sido merecedora del Premio Nacional de la Enseñanza Artística, cuya excelencia en su papel fundacional en la enseñanza de la danza en Cuba y la permanencia de su labor en este tipo de aprendizaje fueron ampliamente reconocidos por el jurado que presidido por Armando Suárez del Villar le otorgó este reconocimiento.
El viceministro primero de cultura Rafael Bernal entregó el lauro a Gabriela Piñeiro, nieta de Lorna en una ceremonia realizada en el Conservatorio Amadeo Roldán, de La Habana. La premiada se encuentra enferma pero feliz por el alto estímulo recibido.
El acta del jurado subrayó la impronta dejada por su obra pedagógica en la cultura artística nacional y la capacidad creadora con que ha dotado a muchísimas generaciones, siendo fieles a los valores patrios y a su identidad.
Lorna Burdsall, natural de Connecticut, Estados Unidos realizo estudios universitarios en Psicología y Danza Moderna en el George Washington University y en el Julliard School, de New York, con Martha Graham, Doris Humprey, Louis Horst, Anthony Tudor, Alfredo Corvino y Merce Cunningham. También en el Connecticut College, con José Limón, Pauline Koner, Martha Hill y otros.
Luego de haber trabajado como bailarina, profesora y coreógrafa en Virginia y en otros centros de New York, Connecticut y Michigan; haber bailado en numerosos filmes y haber obtenido su maestría en Artes del George Washington University en Washington D.C., haber estudiado danza moderna en el Julliard School y haber bailado en Los American Dance Humphrey, Joseph Gifford y Myra Kinch, entre otros; vino a residir a Cuba en 1955, donde comenzó a impartir clases de danza en el estudio de Alberto Alonso y Luis Trápaga.
Desde entonces se vinculó a la vida político-cultural que vivía Cuba en esos momentos y participó activamente en ella. Impartió clases en diferentes centros y apoyó a la naciente Revolución Cubana, mediante vínculos indisolubles en su vida y obra.
En 1959 fundó, junto a Ramiro Guerra y Elena Noriega, el Conjunto Nacional de Danza Moderna, institución que desde entonces ha venido marcando pautas indispensables de la historia de la danza moderna en Cuba.
El Premio Nacional de la Enseñanza Artística, instituido en 1997, lo confieren el Centro Nacional de Escuelas de Arte y el Instituto Superior de Arte y está considerado como el mayor estímulo que se entrega en este tipo de enseñanza por concepto de la obra de toda una vida y sólo se confiere en una ocasión.
Esta vez por el lauro aspiraron 12 personalidades y finalmente quedaron nominados: Lorna Burdshall, Mirta Hermida Roque, Cristino Márquez, Flora Lawten, Berta Martínez, Cristy Domínguez, Teresa González, Edel Bordón y Guido López Gavilán.
Las palabras de elogio estuvieron a cargo del director de Danza Contemporánea de Cuba, Miguel Iglesias, en tanto Gabriela Piñeiro agradeció en nombre de su abuela, quien ostenta numerosos premios, distinciones y medallas en reconocimiento a su polifacética actividad como bailarina profesora, coreógrafa y directora de conjuntos de danza. (Tomado de Trabajadores.cu)
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