"En cada comunidad, en cada nación, la gente hace cosas grandes y pequeñas para ayudar a construir un mundo mejor. Pensemos en lo que se ha logrado hasta hoy: viajes espaciales; comunicaciones por satélite, transplantes de corazón. Hoy, hemos llegado adonde ninguna generación anterior hubiera soñado. Pero, ya ven, hoy, 820 millones de personas todavía no tienen bastante para comer. Esto no tiene por qué ser así."
Quien así se expresa es Míriam Makeba, Mamá África para todos los que conocen su música y su obra de la vida, uno de los grandes tesoros de la historia musical mundial, icono de la cultura africana, símbolo de la lucha contra el racismo, el apartheid y la conquista de la dignidad de su pueblo.
Zensile Makeba (su verdadero nombre), hizo que su extraordinaria campaña contra la desigualdad y la injusticia se sumara a su fama mundial por su talento musical, porque la Dra. Makeba, Embajadora de Buena Voluntad de la ONU, recorre toda África para cantar ante millones de personas que sufren.
Míriam Makeba, leyenda viviente, cuya música siempre acompañó al movimiento de lucha contra el Apartheid, se vio obligada a exiliarse después de su apasionado discurso anti-apartheid en 1963 ante las Naciones Unidas, para continuar su carrera lejos de su país natal.
Así ha cantado en el mundo entero y ante personalidades famosas. Ello le granjeó grandes simpatías y el derecho a poseer la ciudadanía de numerosas naciones de África y otros continentes, entre ellas la cubana. Hecho que quizás no conozcan muchos miembros de nuestra más joven generación, pero que demuestra nuestra admiración y respeto por esta gran mujer.
Mamá África dice sentirse muy feliz porque cuando regresó del exilio de tres décadas a su tierra algunos decían: “Los viejitos están de regreso”, sin embargo, esos jóvenes cantaban sus canciones y ve con placer cómo la juventud sigue apegada a la música africana pese a lo que oyen por la radio; pues, según ella, cuando escucha esas emisoras no sabe si está en África o en California.
Durante la década de los 50, siendo una de las mayores figuras del jazz en Sudáfrica, decidió irse a los Estados Unidos donde cantó, entre otros, con su especial amigo Harry Belafonte, Paul Simon y Nina Simone. Su mundialmente famosa canción Pata Pata, verdadero suceso internacional en 1967, se convirtió en la primera canción africana que alcanzaba los primeros lugares de los rankings de música pop. Y hasta nuestros días se siguen escuchando versiones por nuevas generaciones de cantantes en todas las latitudes.
La preocupación de esta artista de calibre internacional por los derechos humanos y la justicia social le han valido grandes honores y reconocimientos como líder humanitaria en todo el mundo. Cuando regresó a Sudáfrica, en 1990, Nelson Mandela y otros líderes del movimiento anti-apartheid le rindieron tributo por sus luchas en el exilio. La legendaria Mamá África, Embajadora de la FAO, dedicó la canción Masakahane a la organización, y ha participado en diversos acontecimientos y espectáculos organizados por esta, como son los conciertos de TeleFood celebrados en varios países
Homeland (Patria), uno de sus discos, es una verdadera joya, nominado para un Grammy como Mejor Álbum de Música del Mundo, marca el triunfal retorno de una de las grandes figuras musicales del mundo quien ahora realiza su última gira internacional por 52 naciones, antes de retirarse del mundo del espectáculo, y volverá a encontrarse con sus también conciudadanos de Cuba.
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