martes, agosto 30, 2005

El Museo de la ciudad, Palacio de los Capitanes Generales




Con su amplio portal coronado por diez columnas de piedra gris formando nueve arcos irregulares en sus intermedios, se presenta majestuosamente en el lateral oeste de la Plaza de Armas, el antiguo Palacio de los Capitanes Generales, que acoge al Museo de la Ciudad de La Habana, desde 1968, donde sus colecciones reflejan el panorama histórico de la urbe, desde su fundación hasta el presente.

El coronel de ingenieros Antonio Fernández de Trevejos y Zaldívar trazó los planos de este palacio. Su construcción se inició en 1776 y se concluyó en 1791.

Don Luis de Las Casas fue el primer Capitán General español en instalar allí su residencia, él se trasladó a esta edificación en 1790 cuando aún no se había concluido totalmente la edificación.

Este Palacio fue restaurado y ampliado posteriormente con una portada de mármol de Carrara que adorna la entrada principal y sobre la cual se encuentra la Corona Real española con el escudo guarnecido por el collar de la Orden Caballeresca del Toisón de Oro.

El área del Palacio la constituye un cuadrilátero de 80 varas exteriores con 22 de alto; cuenta con una espaciosa azotea y con un patio central muy hermoso.

En su patio central, donde se pasean los pavos reales, puede apreciarse un monumento del almirante Cristóbal Colón, cortejado por palmas reales y otros arbustos entre los que se destaca una sinuosa yagruma. La estatua y su pedestal son de mármol. La estatua, creada por el escultor J. Cuccchiari, fue traída de Italia.

En uno de los laterales del soleado patio se encuentra una placa que constituye el monumento funerario más antiguo existente en Cuba, e igualmente se localiza otra placa con un poema de Ángel Augier dedicado al patio del Palacio Municipal, obra que resultó premiada en un concurso convocado por el municipio de La Habana en 1937.

Además, en este patio se puede leer una frase de José Martí en la que se señala: “Esa es la raíz, y esa es la sal de la libertad: el municipio”.
Durante poco más de un siglo, hasta el año1898, el Palacio fue la Casa de Gobierno donde radicaron los máximos representantes de la metrópoli española en la colonia.

Igualmente, vale recordar que entre 1899 y 1902 fue sede del Gobierno Interventor norteamericano y luego, desde el 20 de mayo de 1902 hasta 1920, fue Palacio Presidencial. Por último se utilizó como sede de la Alcaldía y Oficina del municipio de La Habana.

En la actualidad en sus salas pueden ser apreciadas valiosísimas piezas de museo que marcaron diferentes épocas, entre ellas el salón con un trono real que fuera diseñado y decorado para ser ocupado por su majestad, la reina de España, cuando visitase su colonia, hecho que nunca sucedió.

Este palacio unido a su entorno, que incluye la Plaza de Armas y El Templete, conforma uno de los conjuntos arquitectónicos más impresionantes del casco histórico de la ciudad.