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La naturaleza, una excelente opción para todos
La capital de la mayor de Las Antillas, ofrece variadísimas opciones para el ocio, centradas en el sol, la playa, su historia, su cultura y toda su rica naturaleza.
Y gran demanda tiene el atractivo que ofrece el Jardín Botánico Nacional de Cuba, un verdadero paraíso tropical en el occidente de Cuba.
Desde el año 1968 abrió sus puertas al público este jardín y su superficie abarca actualmente unas 600 hectáreas, donde las áreas están distribuidas de forma organizada en zonas fitogeográficas, colecciones especiales, pabellones de exposición y espacios recreativos para adultos y niños.
Su tesoro natural tiene más de cuatro mil especies, de colecciones vivas, así como instalaciones bajo techo para mostrar la vegetación de los ambientes desérticos, semidesérticos y de los bosques húmedos tropicales.
En 120 hectáreas de jardín se exhibe una representación de siete formaciones vegetales primarias de llanuras y colinas de Cuba, entre ellas el matorral costero cubano, montes secos, bosques, mogotes, montes de júcaro y palmas, montes de la región oriental del país, pinares y vegetación de serpentina. Todos de gran valor didáctico para el visitante.
En las áreas de campos se representan colecciones de la flora tropical de Australia, Oceanía, Asia, África, América del Sur, América Central, Antillas y México. Todas ellas enriquecidas constantemente con nuevas especies.
Muy atractivo resulta el llamado Jardín Japonés, con una extensión de cinco hectáreas y plantas características de la tierra del sol naciente. Este cuenta además con una hermosa cascada la cual puede ser contemplada desde un mirador o desde una terraza de lajas de piedra sobre el borde del lago, habitado por carpas multicolores traídas del Japón.
El restaurante ecológico El Bambú goza de gran preferencia entre los visitantes. En él se elaboran muchos platos de la cocina vegetariana los cuales se complementan y aderezan con plantas aromáticas cultivadas allí y la miel de abejas obtenida en las colmenas ubicadas en el propio jardín. Entre las propuesta gastronómica incluyen sopas, platos horneados al sol, aderezos, postres típicos, jugos e infusiones naturales, exquisitos helados elaborados mezclando viandas con pulpa de frutas y miel de abejas. Todos de gran aceptación.
El Ranchón ofrece su espacio a la cocina tradicional cubana con platos acompañados por bebidas tropicales de excelente calidad y jugos elaborados a partir de las frutas que se cosechan en el propio sitio.
También una residencia científica, con facilidades de alojamiento y las comodidades necesarias para los que acuden al Jardín Botánico Nacional con propósitos de estudio e investigación está a la disposición de los interesados.