Fue tremenda la comunicación entre el público y Viva Cuba en la sala de cine donde estuve, porque esta película ha consumado otra vez el milagro: la cola en la puerta del cine, la muchachera que la repite varias veces seguidas, un filme cubano que durante semanas se mantendrá en la cima de la preferencia, provocando polémicas, ganando adeptos y hasta enemigos. Viva Cuba acaba de instaurarse como una de las más significativas creaciones cinematográficas de los últimos tiempos.
Su éxito tiene mucho que ver con que es la primera película cubana protagonizada por niños.
Es una historia para todas las edades y es a la vez una película económica pero con una gran capacidad artística.
“Deseamos que esta película sea llevada y vista por todos los niños del mundo... había declarado el director de Viva Cuba antes de su estreno.
Ella cuenta la historia de Malú y Jorgito, dos niños cubanos que viven en Regla, una barriada en el otro extremo de la bahía de La Habana, quienes provienen de familias con una diversa visión de la Revolución Cubana y que intentan prevenir a toda costa su amistad.
Malú y Jorgito se han prometido amistad para toda la vida, a pesar de que sus familias se detestan. Cuando la abuela de Malú se muere y su mamá decide irse a vivir fuera de Cuba, Malú y Jorgito tendrán que escaparse hasta el fin del mundo en busca de una esperanza.
La fuga de los niños tiene lugar a través de toda la isla y viven muchas aventuras.
La película está vista con los ojos del niño, es un road movie de gran belleza y un fino humor.
Verdadero canto a la amistad; una historia romántica vista a partir de esos dos niños que intentan un afecto auténtico y desean vivir su amistad por sobre todas las cosas, defendiendo el derecho a permanecer con sus amigos, con su educación, en su escuela y con la gente que conocen.
Viva Cuba es una película que defiende el derecho de los niños a ser tenidos en cuenta, cuando sus padres toman decisiones importantes que los afectan.
Si alguna vez puedes verla. Por favor no te la pierdas, quedarás satisfecho y convencido de que la amistad es un sentimiento universal ageneracional y extemporáneo.