Caminando por la llamada Habana de Extramuros comenzamos a sentir ese aroma delicioso a comidas exóticas exquisitamente elaboradas, que nos invita a degustarlas en cualquier momento del día. Ello delata y anuncia que indudablemente estamos penetrando en el Barrio Chino.
El Barrio Chino de La Habana es el principal asentamiento poblacional de la comunidad china en Cuba, aunque tanto los chinos como sus descendientes se dispersaron por toda la isla desde principios del pasado siglo. Este comprende el área residencial conformada a ambos lados de la Calle Zanja, particularmente entre las calles Gervasio y Amistad, y especialmente en los alrededores de la esquina al Callejón denominado Cuchillo, en el Municipio de Centro Habana.
En su entrada hay un pórtico que nos recuerda una de las más típicas y antiguas costumbres mediante la cual las ciudades chinas contaban con una gran puerta de entrada o pórtico, y en este caso, representa la entrada al Barrio Chino de La Habana. Es la única obra arquitectónica de su tipo en América Latina; además de que, por sus dimensiones, probablemente sea una de las mayores de su clase en el mundo fuera de China.
Actualmente se aprecia una gran animación en el Barrio Chino de La Habana, sobre todo a partir de la restauración de algunas instalaciones, como el famoso restaurante Pacífico y otros similares, farmacias, – con sus tradicionales medicamentos –, tiendas de comestibles, vegetales, infusiones, souvenirs y otros refinados artículos traídos desde China.
En el barrio hay animación a cualquier hora del día, sobre todo, en el pequeño boulevard del Callejón del Chuchillo, colindante con la calle Zanja.
En la zona han resurgido nuevos restaurantes y cafeterías donde el menú se basa principalmente en recetas del gigante asiático, muy gustadas por los cubanos. Es muy popular en estos tiempos el restaurante Los Tres Chinitos, siempre lleno de complacidos comensales.
Descendientes de chinos, con vistosos trajes típicos pueden ser vistos en todos esos sitios, así como la música y la artesanía china.
Las artes marciales gozan de gran aceptación entre todas las capas y edades de la sociedad quienes las practican asiduamente y entre los que hay numerosos premiados en certámenes internacionales.
Allí celebran las fiestas del Dragón, la conmemoración del Año Nuevo Lunar, con vistosos desfiles y actos culturales. El Festival de Chinos de Ultramar también es convocado anualmente.
El tres de junio de 1847, a bordo de la fragata española Oquendo llegaron a La Habana los primeros inmigrantes chinos, infelices hombres que habían sido traídos a la Mayor de las Antillas mediante engañosos contratos para sustituir al trabajo esclavo en la producción agrícola.
Este barrio fue descrito por Alejo Carpentier en una de sus magistrales conferencias en la capital, en 1976, recogida en un volumen por la Editorial Letras Cubanas.
Carpentier destacó que a partir de la denominada Danza de los Millones, el Barrio Chino se llenó de mercaderes ricos, que vendían sus artículos, siendo punto de atracción para los habaneros y visitantes.
El desaparecido teatro Shangai fue en una época uno de los más famosos de América Latina. Aquellos acaudalados chinos contrataron en Cantón, Shangai y San Francisco, a algunas de las más importantes compañías chinas de artes dramáticas de la época.
Won Sin Fon, mujer de belleza extraordinaria, bailarina y acróbata, representó los grandes clásicos del teatro chino en La Habana.
Tiene mucho de atractivo y placentero el barrio Chino de La Habana.
El Barrio Chino de La Habana es el principal asentamiento poblacional de la comunidad china en Cuba, aunque tanto los chinos como sus descendientes se dispersaron por toda la isla desde principios del pasado siglo. Este comprende el área residencial conformada a ambos lados de la Calle Zanja, particularmente entre las calles Gervasio y Amistad, y especialmente en los alrededores de la esquina al Callejón denominado Cuchillo, en el Municipio de Centro Habana.
En su entrada hay un pórtico que nos recuerda una de las más típicas y antiguas costumbres mediante la cual las ciudades chinas contaban con una gran puerta de entrada o pórtico, y en este caso, representa la entrada al Barrio Chino de La Habana. Es la única obra arquitectónica de su tipo en América Latina; además de que, por sus dimensiones, probablemente sea una de las mayores de su clase en el mundo fuera de China.
Actualmente se aprecia una gran animación en el Barrio Chino de La Habana, sobre todo a partir de la restauración de algunas instalaciones, como el famoso restaurante Pacífico y otros similares, farmacias, – con sus tradicionales medicamentos –, tiendas de comestibles, vegetales, infusiones, souvenirs y otros refinados artículos traídos desde China.
En el barrio hay animación a cualquier hora del día, sobre todo, en el pequeño boulevard del Callejón del Chuchillo, colindante con la calle Zanja.
En la zona han resurgido nuevos restaurantes y cafeterías donde el menú se basa principalmente en recetas del gigante asiático, muy gustadas por los cubanos. Es muy popular en estos tiempos el restaurante Los Tres Chinitos, siempre lleno de complacidos comensales.
Descendientes de chinos, con vistosos trajes típicos pueden ser vistos en todos esos sitios, así como la música y la artesanía china.
Las artes marciales gozan de gran aceptación entre todas las capas y edades de la sociedad quienes las practican asiduamente y entre los que hay numerosos premiados en certámenes internacionales.
Allí celebran las fiestas del Dragón, la conmemoración del Año Nuevo Lunar, con vistosos desfiles y actos culturales. El Festival de Chinos de Ultramar también es convocado anualmente.
El tres de junio de 1847, a bordo de la fragata española Oquendo llegaron a La Habana los primeros inmigrantes chinos, infelices hombres que habían sido traídos a la Mayor de las Antillas mediante engañosos contratos para sustituir al trabajo esclavo en la producción agrícola.
Este barrio fue descrito por Alejo Carpentier en una de sus magistrales conferencias en la capital, en 1976, recogida en un volumen por la Editorial Letras Cubanas.
Carpentier destacó que a partir de la denominada Danza de los Millones, el Barrio Chino se llenó de mercaderes ricos, que vendían sus artículos, siendo punto de atracción para los habaneros y visitantes.
El desaparecido teatro Shangai fue en una época uno de los más famosos de América Latina. Aquellos acaudalados chinos contrataron en Cantón, Shangai y San Francisco, a algunas de las más importantes compañías chinas de artes dramáticas de la época.
Won Sin Fon, mujer de belleza extraordinaria, bailarina y acróbata, representó los grandes clásicos del teatro chino en La Habana.
Tiene mucho de atractivo y placentero el barrio Chino de La Habana.