lunes, julio 11, 2005

El Santuario más famoso de la Isla


La extracción de cobre en un yacimiento encontrado en 1540 dio origen al poblado formado en las afueras de Santiago de Cuba, y que luego se convirtió en un sitio mundialmente reconocido, por la presencia del Santuario de la Patrona de Cuba, edificado en 1927 tras haber estado la venerada Virgen de la Caridad en una ermita, en la capilla de un hospital y en una parroquia.

La iglesia tiene una sobria arquitectura, presenta una suntuosa nave central dominada por hermosos vitrales alegóricos a la figura de la Virgen, todo ello complementado con el altar labrado en refulgente plata maciza y valiosos objetos ornamentales.

Las ofrendas de sus fieles figuran como testigos mudos en la Capilla de los Milagros, objetos tan disímiles que van desde juguetes, joyas, cartas, fotos, premios diversos, hasta medallas de las más variadas procedencias.

Este templo se colocó casi desde su fundación entre las preferencias religiosas de los cubanos, al representar dicha virgen en la santería, culto sincrético afrocubano, a Ochún, símbolo de la feminidad, las aguas dulces y la alegría.

Existen algunas leyendas sobre la aparición de la virgen -casi 400 años atrás- que contribuyen a su atractivo entre los creyentes, los pobladores y los visitantes en general, procedentes en buena medida del turismo que la isla recibe desde todas partes del mundo.

La más extendida y creíble e estas leyendas asegura que la Virgen fue encontrada por tres pescadores (dos aborígenes y un esclavo negro) en medio de una tormenta en el mar frente a la bahía de Nipe, colocada sobre una tabla que flotaba y con una leyenda donde figuraba el nombre de Virgen de la Caridad.

La Patrona de Cuba fue coronada en enero de 1998 por Su Santidad el Papa Juan Pablo II. Miles de visitantes acuden a presentar sus ruegos y pedidos o a pagarle sus promesas, e incluso los hay que van por simple curiosidad para conocer el lugar y ver a la Santísima Virgen de la Caridad del Cobre.

La imagen de la Virgen está colocada en su Camarín, rodeada de muchas flores y esencias, carga al niño Jesús en su brazo izquierdo y lleva una pequeña cruz en el derecho, en una espera paciente a sus fieles quienes acuden a rendirle tributo y esperan de ella el cumplimiento de sus plegarias.

El sentido religioso del lugar se complementa con el toque natural que le imprime la cercanía de la Sierra Maestra y el aire fresco que se respira, impregnado del aroma de un entorno natural en perfecto estado de conservación.

Como recuerdo o souvenir de la visita al más famoso santuario de la Isla, siempre se regresa con una o varias piedrecillas de la antiquísima mina del Cobre.