miércoles, julio 13, 2005

Una isla siempre joven



Conocida también como la Isla del Tesoro, la Isla de las Cotorras, la Isla de Pinos, la Isla de la Juventud tiene en la actualidad una población aproximada de 71 mil 600 habitantes.

Ella posee 3 mil 56 km2 de extensión (mil 180 millas cuadradas) y se encuentra situada al sur de la región occidental de la isla mayor de Cuba; separada de esta por el Golfo de Batabanó. Es la segunda en tamaño dentro del archipiélago.

Hasta 1975 su nombre fue Isla de Pinos y su capital es Nueva Gerona. Inmensos bosques de pino cubren una gran extensión de la isla donde se hallan muchos manantiales de aguas minerales y pequeñas elevaciones. Este territorio, integrado aproximadamente por 672 cayos e islotes que conforman el archipiélago de los Canarreos, muestra una accidentada costa de vegetación exuberante y un relieve lleno de mogotes, que guardan bajo su capa vegetal una inapreciable fortuna en mármol de las más diversas variedades.

En su región norte se lleva a cabo la extracción de ese mármol y en su porción más al sur occidental tenemos una siempre verde meseta, un área de 4 mil hectáreas el Parque Nacional Marino Punta Francés, con uno de los ecosistemas costeros mejor conservados del país.

Su economía se basa en el desarrollo de la pesca, la agricultura citrícola (en la época de floración el olor a azahares domina el aire), la cerámica y la cosecha de vegetales diversos.

Hasta la ruptura de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos, a principios de los años 60, la mayoría de la tierra de dicha isla pertenecía a ciudadanos estadounidenses y el cálido y saludable clima así como las excelentes aguas para la pesca hacían de esta isla un atractivo y paradisíaco sitio de recreo.

Su famosa playa de arenas negras, Bibijagua, es muy popular. Se localiza allí también un arrecife coralino de extraordinaria belleza, virginidad y diversidad de especies, con numerosas esponjas tubulares y abundantes cuevas, todo ello válido para la actividad del centro de buceo El Colony, donde se ofertan inmersiones diurnas y nocturnas, fotografía submarina y facilidades de marina. Impresionantes además resultan sus playas y selvas compactas pobladas de pedregales, frondosas palmeras y manantiales de aguas sulfurosas muy demandados por todos los visitantes que llegan a la Isla.

En 1494 fue avistada por vez primera por Cristóbal Colón, más adelante fue utilizada como colonia penal. La Isla de Pinos fue un territorio prácticamente incontrolable por la metrópoli española por lo que fue refugio de los corsarios y piratas en sus correrías por el Caribe y en sus ataques a las colonias. Durante el período colonial fue siempre sitio de descanso y recreo para los militares españoles.

La Isla de Pinos le fue cedida a los Estados Unidos después de la mal llamada Guerra Hispano-Norteamericana (1895-1898) y dado que su nombre fue omitido en la Enmienda Platt, que definía las fronteras cubanas, fue reclamada tanto por los Estados Unidos como por Cuba.

Finalmente, en 1907, la Corte Suprema de los Estados Unidos declaró que la isla no pertenecía a los Estados Unidos. Más tarde, en 1925, con gran presión popular se firmó un tratado confirmando que la isla era cubana.

Cerca de Nueva Gerona hay un gran museo que fue prisión usada a menudo en el pasado para encarcelar prisioneros políticos. Durante el régimen de Batista, el propio Fidel Castro sufrió prisión tras sus muros. La Isla de la Juventud ha sufrido el embate frecuente de huracanes tropicales.

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