jueves, noviembre 05, 2009

Premio Luna para compañía Danza Contemporánea de Cuba

Danza Contemporánea de Cuba recibió el Premio Luna del Auditorio 2009, en la categoría de Danza Moderna, por su actuación en Carmina Burana, en el Auditorio Nacional de México.

La presentación de esta producción monumental, que consta de coros y danza, tuvo lugar en noviembre de 2008, y dado su éxito, fue repetida el ocho de octubre pasado en el propio escenario.

Manuel Aguilera de la Paz, embajador cubano en México, recibió el Premio en nombre de la agrupación, la cual regresará al Auditorio el próximo 13 de noviembre, gracias a la gran acogida de público.

Estos premios se instituyeron hace ocho años para distinguir los mejores espectáculos en vivo presentados en grandes escenarios mexicanos a lo largo del año.

Los lauros consisten en una réplica en cristal de la escultura La Luna, del desaparecido artista mexicano Juan Soriano (1920-2006). La figura recibe a los visitantes, desde 1992, en la explanada de la prestigiosa institución cultural.

Entre los premios especiales fue reconocida en esta ocasión la compositora mexicana Emma Elena Valdelamar, de quien se recordó que Benny Moré había popularizado su tema Mucho corazón .

Carmina Burana es junto con la Sinfonía 9 de L. v. Beethoven la obra más popular del repertorio sinfónico universal. Fue escrita en 1937 por el músico alemán Carl Orff (1895 – 1982): Para algunos es una cantata dramática, para otros, un oratorio escénico; su autor específica que es un conjunto de “canciones profanas para ser cantadas por cantantes y coros con acompañamiento de instrumentos e imágenes”.

Para esta puesta en escena los creadores que intervienen en ella, han asumido la responsabilidad de elevar esta obra de arte a su más noble expresión y utilizan el realismo mágico para demostrar, articular y organizar la historicidad a través del movimiento del cuerpo humano, como instrumento para extrapolar el panorama abigarrado de la vida medieval de los goliardos, con composiciones coreográficas que reflejan la intención de los poemas cantados como hilo histórico conductor desde el Medioevo hasta los convulsos siglos XX y XXI.

Son evidentes la sátira, la crítica al poder, las múltiples obsesiones del hombre, la convivencia con una desenfadada cosmogonía onírica- erótica, apoyadas con canciones de tabernas, que por sus contenidos son más cercanas al Rock, al Pop, a la fusión y a otras corrientes musicales de nuestra contemporaneidad.


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