sábado, junio 25, 2005

Un sitio único en el centro de la Isla: El Mejunje



Varias veces he oído decir que el poeta Frank Abel Dopico dijo una vez que Silverio había creado el Mejunje para ponerle un parche a su soledad, pero fue más allá. El Mejunje nació para ponerle parches a la soledad de muchos. Lo hemos descubierto.Este rincón único le nació a Santa Clara a contracorriente en medio de los años ochenta y ya es un sitio emblemático de la ciudad; tan conocido como su Teatro la Caridad o el memorial Ernesto Guevara.

Ramón Silverio inauguró aquel espacio dedicado a la intensificación de la actividad cultural en su ciudad, sin imaginar la dimensión que alcanzaría. Y puede decirse que lo consiguió gracias a una pócima mágica similar a la de los famosos galos de la leyenda. El Mejunje de Silverio consigue crear atmósferas únicas, verdaderas alucinaciones entre aquellas cuatro paredes sin techo, ruinas del antiguo hotel Oriental: lo mismo actúa el más sencillo campesino decimista que la más rutilante estrella de los escenarios cubanos, y hasta internacionales. Hoy es una sala de teatro, mañana una discoteca o la más refinada sala de conciertos junto al más bohemio bar que se pueda imaginar. Así de cambiante es el enigmático Mejunje.

Allí podemos encontrar en un Viernes de la Buena Suerte a una de las voces más singulares de la tradición cubana, el legendario “Cascarita”, acompañado por ese pequeño y atípico pero sorprendente grupo Los Fakires, secundado por la voz no menos excepcional de otro grande, Felo Valdés. “La Trovuntivitis” de los jueves, con un público joven y creciente, donde siempre aparecen nuevos trovadores o los ya mimados por el público mejunjero hacen las delicias de los que sueñan por el corazón de la guitarra. La Peña de los Danzones en la que se mezclan los abuelos y los nietos para disfrutar del baile nacional, El Guateque campesino de los domingos, el filin santaclareño con sus peculiaridades, rescatado de las salas particulares y ahora renovado por jóvenes compositores hacen que cada noche una caja de Pandora. Cualquiera llega y dice un poema, se presenta un libro, se organiza un concierto de rock, un espectáculo con excéntricos musicales y los domingos muy temprano invaden el soleado patio decenas de niños para reír y cantar con magos y payasos.

Si alguna vez vas a Santa Clara, mantente atento, que todas las noches en la calle Martha Abreu No. 12, muy cerca del Parque Vidal, se abre una puerta y un amigo completamente bueno, sencillo, sin ceremonias, informal, vacía los bolsillos de su corazón y te convida a pasar a coronar el alba. Entra, que no lo lamentarás.

1 comentario:

Jesús Risquet dijo...

Es un sitio fabuloso ese mejunje. En todas mis visitas a esa ciudad no me lo pierdo. Gracias por darle su reconocimiento.
Jenny