domingo, junio 19, 2005

Valle de Viñales, maravilla de la naturaleza

El fin de semana es muy especial para los cubanos, unos descansamos, otros hacemos lo que no pudimos en la semana dentro del hogar, y estamos los que nos vamos de excursión a disfrutar de sitios que no siempre frecuentamos.
El sábado, un grupo de colegas nos fuimos de excursión a una de las maravillas de la naturaleza cubana. Si no la conocen, no dejen de hacerlo alguna vez. Me refiero al Valle de Viñales, un patrimonio de la humanidad en suelo cubano.
El Valle de Viñales se encuentra en la localidad de Viñales, a 25 kilómetros al norte de la ciudad de Pinar del Río, en la provincia del mismo nombre.
Este lugar es un paisaje de una enorme belleza, en el que se explota una agricultura tradicional basada en el tabaco. Estos tabacales forman uno de los paisajes rurales de mayor atractivo.
El Valle de Viñales posee especies vegetales y animales únicas o casi en extinción. Entre las primeras, las más destacadas son la palma de corcho, el Agabe, el Macusey hembra, el roble caimán, el drago, el ceibón, la palmita de sierra. Entre las segundas sobresalen las aves como tomeguines del pinar, sinsontes, totíes, zunzún, tocororo, cartacuba y el ruiseñor.
La pequeña población de Viñales, se encuentra enclavada en la Sierra de los Órganos, parte integrante de la cordillera de Guaniguanico, en una fértil llanura sembrada de monolitos verticales cubiertos de vegetación (mogotes). El Parque Nacional Valle de Viñales, cuenta con el mayor sistema cavernario de Cuba, destacándose la Cueva del Indio, atravesada por el río San Juan, y la de Santo Tomás, la mayor de las Antillas, con 45 kilómetros.
A cuatro kilómetros del pueblo de Viñales se encuentra el mogote Dos Hermanas, que exhibe en una de sus laderas el Mural de la Prehistoria, un enorme fresco de 120 metros de alto por 180 de ancho en el que el cubano Leovigildo González, discípulo del muralista mexicano Diego de Rivera, representó los animales y criaturas que vivían en esta región en la prehistoria.
En próximas ocasiones dedicaremos un espacio a estos detalles de Viñales, cuyo verdadero valor está en visitarlos y conocerlos, en ser testigo ocular de su grandeza y de su infinita belleza.