Marta Abreu, considerada la mayor benefactora de la ciudad de Santa Clara, quien con sus donativos propició su desarrollo, fue quien tuvo la idea de construir el Teatro La Caridad.
A través de su esposo, Don Luis Estévez Romero propuso al Ayuntamiento de Santa Clara, el 22 de noviembre de 1883, la adquisición de unos terrenos situados en lo más céntrico de la ciudad a fin de construir allí el teatro.
Ese mismo año, el 28 de diciembre, fue aceptada la proposición y en pocos meses, el 28 de junio de 1884, se dio inicio a la construcción del coliseo, bajo la dirección y asesoramiento del ingeniero Herminio C. Leyva, un excelente amigo de la familia Estévez Abreu.
El Teatro La Caridad es un exponente casi exclusivo de la arquitectura de este tipo de instalaciones correspondiente al siglo XIX en la isla. Su edificación es una de las más significativas de la ciudad de Santa Clara, aún en nuestros tiempos.
El Teatro La Caridad fue construido en el solar donde antes estuvo ubicada la Ermita de La Candelaria. Este ocupa una manzana y tiene además anchos accesos laterales. Esta edificación incluso logró sobresalir y destacarse más que la iglesia, el ayuntamiento y las sociedades políticas y de recreo existentes en el centro de Santa Clara cuando se le construyó.
El diseño escenográfico, los telones de boca y los de entreacto estuvieron a cargo del escenográfo español Miguel Arias. La decoración en relieve en la embocadura, semejante a la del teatro Lineo de París, y un grupo escultórico para la fachada, que se destruyó más tarde, fueron realizados por el maestro Fernando Bossi.
Camilo Selaya, pintor filipino que residía en Cuba, fue quien llevó a cabo la decoración del cielo raso del teatro y colocó además los ocho medallones con los retratos de Ayala, Tirso de Molina, Calderón, Moratin, Alarcón, Echegaray, Hartzenbuzch y Gertrudis Gómez de Avellaneda, respectivamente. Junto a todo ello reprodujo también escenas de la tragedia y la comedia tomadas de diferentes obras famosas.
El teatro La Caridad quedó inaugurado la noche del 8 de septiembre de 1885 con un extenso programa de festejos y la representación del drama Los Lazos de familia, de Luis Mariano de Lana.
En su creación, tuvo mucho peso el objetivo de socorrer a los pobres con las recaudaciones obtenidas de sus funciones de ahí el nombre de la instalación, que guarda relación con todo lo dispuesto por Marta Abreu, quién señaló que sus recaudaciones fueran utilizadas en obras de caridad pública.
El esplendor inicial de la sala duró poco porque la mala dirección y administración de Patronos del asilo de ancianos San Pedro y Santa Rosalía y del teatro La Caridad, condujeron a su deterioro y las posteriores reformas que provocaron alteraciones en su aspecto original en detrimento de su grandiosidad.
En 1964, tras un exhaustivo proceso de restauración, el teatro La Caridad recuperó su forma original. Esta restauración incluyó la restitución total del piso de madera de la platea, la reinstalación de los palcos que habían sido destruidos para ubicar gradas de cemento con lunetas y el retoque de las pinturas del cielo raso de la sala.
El Teatro La Caridad es uno de los más famosos de Cuba y ha tenido el privilegio de recibir en su escenario a grandes figuras del arte mundial, entre ellos el gran tenor italiano Enrico Caruso. Es Monumento Nacional y sede de la Compañía Danza Abierta, de la Orquesta Sinfónica Provincial y de la Banda de Conciertos de Santa Clara.
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