Poetas de todo el orbe se reunieron en esta ciudad para ofrecer la Palabra del Mundo, encuentro del Festival Internacional de Poesía, que en su XIII edición se dedica a los pueblos originarios americanos.
Con la presencia de Abel Prieto, ministro de Cultura de Cuba, y Miguel Barnet, presidente de la Unión de Escritores y Artistas de la Isla, la velada inaugural fue un concierto de voces, donde los autores recitaron en sus propias lenguas autóctonas, como es tradición.
El bardo cubano Alex Pausides, coordinador general del festival, afirmó que la poesía une a los hombres e ilumina el camino de la especie humana, ya que es la salvación ante la barbarie que sufren los pueblos, sometidos por los poderosos.
Precisamente, por su carácter protector y presencia inevitable en todo acto creativo, la comunidad internacional declaró el 2008 Año Internacional de la Lengua Materna, agregó.
La ceremonia, que habitualmente tiene lugar en la Basílica Menor del Convento San Francisco de Asís, inició la lectura con los versos de Cintio Vitier y Fina García Marruz, ambos premios nacionales de Literatura en Cuba.
A ellos sucedieron autores de Pakistán, Canadá, España, Trinidad y Tobago, Sri Lanka, Brasil, Tailandia y las naciones Kamsá (Colombia), Mapuche (Chile), Quechua (Ecuador y Perú), Aymara (Perú) y Guaraní (Paraguay).
Entre los momentos más emocionantes estuvieron la entrega del premio Rafael Alberti al escritor Luis Marré, por la obra de toda la vida, además del recital del Grupo Vocal Desandann, el cual fue fundado en Camagüey por descendientes haitianos en Cuba, para rescatar la música autóctona de sus ancestros.
Cientos de cantores de las letras se hermanaron simbólicamente a esta velada, con recitales en decenas de ciudades de los cinco continentes.
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