Día hermoso aquel 20 de octubre de 1868 en que las tropas de Carlos Manuel de Céspedes, al tomar la ciudad de Bayamo, entonan por primera vez La Bayamesa, con letra escrita por Perucho
Figueredo, que luego se convertiría en nuestro Himno Nacional.
Cultura y Nación se fundían en un abrazo para convertirse en un concepto inseparable a lo largo de la historia de Cuba, un concepto que habla de música y poesía, arte y rebeldía unidos en el fragor del combate.
De aquella fecha diría nuestro José Martí en Patria, en 1892: "Para que lo entonen todos los labios y lo guarden todos los hogares, para que corran de pena y amor las lágrimas de los que lo oyeron en el combate sublime por primera vez; para que espolee la sangre en las venas juveniles, el himno a cuyos acordes, en la hora más bella y solemne de nuestra Patria, se alzó el decoro dormido en el pecho de los hombres".
No podía escogerse mejor fecha. Según lo estipula el decreto No. 74 de 1980 firmado por el máximo líder Fidel Castro, aquel día de combate y arte representaría el Día de la Cultura Nacional.
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