El Festival de la Trova Pepe Sánchez, convertido ya en emporio de la tradición, cerró sus puertas en esta ciudad y revalidó el título de evento musical consecutivo más antiguo del país.
En la Plaza de Marte trovadores, románticos y bohemios disfrutaron en la noche de este domingo de la gala que dio fin a la cita, que con casi medio siglo de existencia, constituye uno de los espacios más importante para reconocer auténticas expresiones del quehacer artístico de la música tradicional cubana.
Este festival, surgido en la década del 60, propició el encuentro entre diferentes troveros de Japón, México, República Dominicana y Cuba, además estuvo dedicado a los músicos cubanos Barbarito Diez, Rafael Inciarte, Manuel Gallo en el centenario de sus natalicios.
En cinco jornadas, calles, plazas y teatros de esta ciudad vistieron sus mejores galas y acogieron a solistas, dúos tríos y conjuntos de grandes formatos, que con sus melodías revivieron la historia cultural de Santiago de Cuba marcada por antiguas manifestaciones musicales que trascienden en la actualidad.
Desde el pasado 18 los participantes a este evento destacaron en los seminarios teóricos la canción trova como una de las expresiones tradicionales más genuinas de la cultura nacional.
Entre las locaciones sobresalieron el Patio de los Dos Abuelos, La Sala de Conciertos Dolores, la Casa de la Música, el parque Céspedes entre otros.
También fue oportunidad para rendir homenaje a José Sánchez, padre de la trova cubana, donde reposan sus restos en el cementerio de Santa Ifigenia.
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