sábado, noviembre 12, 2005

Danza cubana, danza Contemporánea


Mi preferida entre todas las compañías danzarias del país es Danza Contemporánea de Cuba, que fue fundada en 1959.
Esta compañía que el pasado 25 de septiembre cumplió cuarenta y seis años de labor sobre las tablas ha realizado 264 estrenos, manteniendo en su repertorio activo más de 60 obras, resultado de un arduo trabajo a partir de la continua búsqueda de un lenguaje universal, revelando siempre un estilo peculiar, de amplias posibilidades expresivas, armoniosa integración del teatro moderno y el lenguaje danzario contemporáneo con nuestros ancestros culturales afro hispánicos, fusionando estilos y formas de hacer.
Durante el año la compañía realiza varias temporadas en las que nunca faltan estrenos nacionales y mundiales. El teatro mella es casi su sede permanente, aunque también se presenta con asiduidad en el Gran teatro de La Habana, amén de los teatros de provincias durante sus sistemáticas giras por todo el país.
Con más de sesenta integrantes en activo, la mayoría fruto de la Escuela Nacional de Arte, donde adquieren una sólida formación académica; la compañía se diferencia de otras agrupaciones en tanto, formato, manera y resultado estético centrando su atención en el trabajo colectivo.
En su repertorio figuran obras como: El riesgo del placer del coreógrafo Joaquín Sabaté, en la que los bailarines mediante un juego de encuentros en el espacio, expresan sus cualidades físicas y teatrales, dominados por los entrecortados fragmentos musicales y limitados por una estructura rítmica y fugaz; El rapto de las mulatas, donde el coreógrafo, Isidro Rolando, rinde un bello homenaje a través de la pintura de Carlos Enríquez, a los pintores cubanos de todos los tiempos y en especial a los integrantes de la vanguardia, que supieron abrir sus puertas al mundo para mostrar lo cubano; y Quiero ser tu perro , una de las obras más recientes cuya sinopsis plantea que en medio del caos de un mundo globalizado, donde se impone la guerra, la manipulación por parte de los medios de información, del poder, lo abusos y asesinatos cada hora, el cine y las nueva nuevas tecnologías, son las inquietudes de esta un nueva generación, nuestros contemporáneos, que nos imponen felizmente sus creaciones artísticas. El coreógrafo, Julio César Iglesias, esta vez se apropia de su contexto universal, de un mundo postmoderno global, al cual no le es ajeno la estética visual del actor, director y guionista de cine estadounidense Quentin Tarantino y de los directores de arte y ensayo europeos, como François Truffaut y Jean-Luc Godard.
A través de modos de expresión, como el movimiento, el cual ha experimentado y enriquecido a partir de su conocimiento de la Técnica de la Danza Contemporánea Cubana, en contraposición e interrelación, al acercamiento propiciado a otras experiencias de contactos y reacción asimiladas de las escuelas europeas, y su inquietud visual para lo cual pone en función el cortometraje en conjugación con la Danza, donde a la vez es parte y todo a la vez.
Danza Contemporánea de Cuba ha recibido el aplauso del público y el reconocimiento de la crítica especializada en sus muchísimas presentaciones en países de América, Europa, Asia y África, así como en los más importantes festivales y eventos de danza en el ámbito internacional.