lunes, junio 26, 2006

Razón para el regocijo





El amigo de siempre ha llegado a esta linda ciudad bañada por el sol y besada por el mar. ¡Blacky está en La Habana! La importancia de los verdaderos amigos se encuentra en cada uno de nosotros y Blacky es el amigo de siempre, el que se burla del tiempo y se ríe de las distancias. Es ese amigo que está con nosotros en las buenas y en las malas. El socio capaz de construir una montaña para la sinceridad y le tiene sin cuidado si estamos más calvo o más gordo, o más hablador, o más pedante.

Él está ahí con esa alegría infinita, casi convertido en vegetariano y todo abstemio. La amistad es un valor que la humanidad ha revalorado y perfeccionado desde el principio de los tiempos. No hemos querido dejar de abonarla nosotros también en nuestro breve paso por la Tierra .

Recordamos los viejos o “menos jóvenes” tiempos, las farras y las angustias para las que ya no hay espacio.
Pronunciamos nombres que son evocación de momentos especiales: Ileana, Nancy, Martha Ivis, El Nene, Reina… Maya, Ney, Sara, Jorge, Papillo, Aminata, Andrés…

Recordamos el “Buey cansao”, “La Sandunguera”, “Anduriña” y nos reímos
reviviendo en nuestras mentes, locas aventuras, simpáticas expresiones que estuvieron de moda y ya casi nadie recuerda, repitiendo aquel chiste que tanto nos hizo reír…

El Atlántico, su lomita y el puente de madera, el Turf, La Tropical, la piscina, Nocturno, el carnaval por el Prado, el XI Festival…

¡Hay tanto para recordar! ¡Todo parece que fue ayer, hace un rato, ahora mismo! La rueda de casino, la canción de Nelson Ned, la sensualidad de Donna Summer, la película de Delon…

La maléfica y el Copa, Milagritos y el Capri, Sarita y el Caribe, Juana en el Palermo…. Los conciertos en el Amadeo o en la CASA, la Piragua, el te en El Patio, la fría en el Two Brothers, la merienda en el Ten Cents, la movilización agrícola…

La contagiosa música de The Temptations en el Karachi, la estridencia del Olokkú, la peineta de madera, las campanas a la cadera, la camisa entallada, los zapatos subiéndonos más y más del piso…

Sólo quienes tenemos la dicha de experimentar el disfrute de una Habana realmente siempre fascinante y acogedora pueden tener ese saco desbordado de gratos recuerdos y no menos valiosas memorias que hoy se enriquecen con nuevas propuestas y nuevas experiencias.

Hay mucha alegría por el reencuentro físico con el amigo, cultivando la eterna sonrisa, diciéndonos frases optimistas y enmudeciendo ante los rumores o las palabras ofensivas.

El amigo ya no es el estudiante de copioso specdrum, es ahora el responsable, capaz y exitoso funcionario; pero con la misma fidelidad, la especial sencillez y el afecto infinito que un día decidió cultivar en la tierra de esta Isla llena de amores.

Allá en su gigantesco continente negro nunca ha olvidado a su segunda familia en la Isla de la Libertad y cada vez que es posible, se reitera el regreso y la reanimación de las huellas, donde siempre unos brazos abierto le esperan para materializar ese abrazo que mucho dice de intensos sentimientos, de apoyo, de agradecimiento y de trascendente constancia.

Blacky, así de simple llamamos nosotros cariñosamente al Señor Amadou Telivel Diallo, el funcionario guineano, el amigo de siempre, la razón para el regocijo.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Agradecería que me aclararan una duda, tuve un amigo que en 1981 terminó sus estudios de LIc. en Matemática en Universidad de la Habana,llamado Amadou Diallo, él vivió en 12 y Malecón, es la misma persona que describen?

Agradecería me aclararan mi duda a Ana Rivera: anaestrella45yahoo.com
Gracias.