La Casa de la Trova en esta ciudad deviene sitio para mantener viva la obra musical del compositor Gumersindo (Sindo) Garay, autor de la canción La Bayamesa, considerada segundo himno de Cuba.
En esa institución, trovadores del patio y de otras provincias del país, con sus cantos y toques de guitarras recuerdan a esta gloria de la música cubana con sus actuaciones diarias e intercambios con el público amante a la música tradicional.
A propósito del aniversario de su natalicio (12 de abril de 1867), la institución desarrolla programas dedicados a destacar el espíritu de la música de quien es uno de los cultivadores eternos de la canción trovadoresca.
Sindo Garay, sin haber aprendido nunca a escribir sobre un pentagrama y formado autodidactamente, sobresalió por su armonía perfecta en las obras que interpretaba y componía.
Al estilo de grandes clásicos, tuvo la osadía de numerar sus creaciones, aún cuando carecía de conocimiento indispensable para producir temas de valiosas melodías y con una mezcla perfecta de los acordes sonoros.
Su vinculación con la canción política la inició al componer las piezas No se puede vivir aquí , Tratado de paz y otras que reflejaban su rechazo a las maniobras del gobierno de Estados Unidos contra la Isla, manifestándose siempre sin miedo alguno.
Perteneció al movimiento de la trova tradicional en Santiago de Cuba y su legado está vigente en las composiciones musicales de nuevos cultivadores del género que tuvo como padre a José Pepe Sánchez, quien además fue su maestro desde los ocho años de edad.
Entre sus canciones más significativas figura La tarde y Perla Marina, y se vinculó con el bolero, la guaracha, el son, la rumba y otros géneros populares.
De las más de 300 obras conocidas de este intérprete y compositor cubano, cerca de 80 se conservan grabadas en su voz y se atesoran en el archivo de Música Popular del Ministerio de Cultura de Cuba.
En esa institución, trovadores del patio y de otras provincias del país, con sus cantos y toques de guitarras recuerdan a esta gloria de la música cubana con sus actuaciones diarias e intercambios con el público amante a la música tradicional.
A propósito del aniversario de su natalicio (12 de abril de 1867), la institución desarrolla programas dedicados a destacar el espíritu de la música de quien es uno de los cultivadores eternos de la canción trovadoresca.
Sindo Garay, sin haber aprendido nunca a escribir sobre un pentagrama y formado autodidactamente, sobresalió por su armonía perfecta en las obras que interpretaba y componía.
Al estilo de grandes clásicos, tuvo la osadía de numerar sus creaciones, aún cuando carecía de conocimiento indispensable para producir temas de valiosas melodías y con una mezcla perfecta de los acordes sonoros.
Su vinculación con la canción política la inició al componer las piezas No se puede vivir aquí , Tratado de paz y otras que reflejaban su rechazo a las maniobras del gobierno de Estados Unidos contra la Isla, manifestándose siempre sin miedo alguno.
Perteneció al movimiento de la trova tradicional en Santiago de Cuba y su legado está vigente en las composiciones musicales de nuevos cultivadores del género que tuvo como padre a José Pepe Sánchez, quien además fue su maestro desde los ocho años de edad.
Entre sus canciones más significativas figura La tarde y Perla Marina, y se vinculó con el bolero, la guaracha, el son, la rumba y otros géneros populares.
De las más de 300 obras conocidas de este intérprete y compositor cubano, cerca de 80 se conservan grabadas en su voz y se atesoran en el archivo de Música Popular del Ministerio de Cultura de Cuba.
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