La Boca, en la Península de Zapata, en el extremo nordeste de Punta Hicacos, es un sitio muy especial, territorio donde se asienta la mayor población de cocodrilos en Cuba, porque allí se encuentra un criadero de estos animales en el que se concentran unos 10 mil ejemplares aproximadamente.
Esta instalación, creada en los primeros años de la Revolución cubana, fue construida para proteger a ese animal que corría el riesgo de extinción a causa de la caza indiscriminada a que había sido sometido por los hombres durante varias décadas del siglo pasado.
Allí, desde un rústico mirador se puede contemplar a los cocodrilos de todos los tamaños mientras dormitan en el fango. Es una vista muy impresionante que gusta bastante a los pequeños y de la que casi todos quieren llevar una fotografía como recuerdo.
En la Ciénaga existen en estado salvaje, dos especies de cocodrilo, el cocodrilo americano y el cocodrilo cubano, una especie endémica de Cuba, que en la actualidad sólo vive en la Península de Zapata y en la Ciénaga de Lanier, en la Isla de la Juventud, al sur de la Isla Grande.
Nos señalaba Roberto Ramos Targarona, más conocido por Toby, quién casi por más de un cuarto de siglo trabaja en el estudio y preservación de estos reptiles en el Criadero, que el cocodrilo cubano puede alcanzar hasta 4 metros de longitud, talla un poco inferior a la del mal llamado caimán americano. En el mundo existen 23 especies de Crocodílidos, de las que están presentes en Cuba tres, una de ellas, el caimán, fue introducida desde Colombia en el año1959 en la actual Isla de la Juventud.
Por su importancia, la especie cubana está protegida por las normas de la Convención Internacional para el Comercio de las Especies en Peligro de Extinción (CITES), organismo que clasifica a las especies atendiendo al grado de amenaza de extinción que sobre ellas exista.
En 1974 se inició la separación de esas especies confinadas en el Criadero de La Boca, esa acción permitió preservar las condiciones que identifican a cada grupo y salvaguardar a la especie cubana, una verdadera joya de la fauna de nuestro archipiélago.
En las últimas décadas se han realizado los estudios de las poblaciones silvestres de esos animales, y se ha logrado calcular la existencia en esta región natural de unos once mil ejemplares, lo que permite establecer estrategias precisas para su preservación.
Toby, el hombre más conocedor del fenómeno nos contó que estos trabajos se han realizado en un área de unos 300 kilómetros cuadrados, y se prevé extender esas pesquisas hacia nuevas zonas donde están creadas las condiciones de hábitat para la especie.
En La Boca también puede probarse la carne de cocodrilo que tiene, según se dice, propiedades afrodisíacas excepcionales. Acogedores restaurantes de la región permiten a sus comensales deleitarse con platos muy especiales a base de la codiciada carne.
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