Eddy Martin, querido comentarista y periodista, la voz más autorizada entre los comentaristas deportivos en las últimas décadas, ganó por derecho propio un muy merecido espacio en la historia del periodismo deportivo cubano.
Fue este hombre sencillo y de pueblo un verdadero ejemplo de consagración profesional, protagonista de importantes momentos de la historia del atletismo cubano.
Esta figura de la prensa y el deporte nacional fue el maestro de varias generaciones, por la firmeza en la defensa de sus criterios y puntos de vista; por su innegable consagración al trabajo hasta el fatídico momento en que fue víctima de un accidente de tránsito que terminó arrebatándonos su valiosa vida.
No lo olvidamos y en memoria y recordación esta vez el arte, salido de las manos de su hija, sirvió para el estreno absoluto de dos obras instrumentales de su autoría, homenaje post morten a este hombre íntegro quien nos legó una obra imperecedera: Danzón por tu partida y A mi padre querido.
Como invitados la Camerata Romeu, el Dúo Enigma, Carlos Ruiz de la Tejera, José Antonio Rodríguez y Nila Sánchez (prima de Eddy), con la esmerada conducción de Rosalía Arnáez.
Acompañaron a la música fragmentos de poemas en versos y en prosas, donde se destacan las décimas del poeta florenciano Volpino Rodríguez, que narran en síntesis la vida y obra del homenajeado.
Tuvo lugar el estreno de la multimedia Eddy Martin, hijo ilustre de Tamarindo, con música de Ana Martin, elaborada por el Joven Club de Tamarindo, en el municipio de Florencia, Camagüey.
La multimedia se proyectó en una pantalla de fondo sobre la que se veían imágenes por capítulos denominados Niñez, adolescencia y juventud, Vida y obra, Testimonio y una Galería con fotos y videos.
Esta vez la concertista estuvo acompañada por Iya Mezenova (flauta), Verónica Velásquez (cantante), Michel Salazar (bajo), Lino Alberto Pedroso (percusión menor) y Alián Ortiz (batería).
Con la extraordinaria reverencia del público presente se inició este Tributo a mi padre, en una tarde-noche excepcional, en el Teatro del Museo de Bellas Artes.
Se vivieron emoción indescriptibles no sólo por lo que de humano y significativo tuvo al ser dedicado al rey de los comentaristas deportivos cubanos de todos los tiempos sino porque cualquier amante de la buena música no podía dejar de vivirlo.
Las obras creadas por la amantísima hija en memoria del desaparecido padre reprodujeron la fuerza y la mística del amor filial logrando transmitir esa pureza y sutileza que la propia música tiene, como un reflejo de lo que fue capaz de formar este ejemplo de cubano leal a sus principios.
Los invitados que formaron coro en este profundo y sentido homenaje, todos cantantes, declamadores y músicos de gran sensibilidad, quienes lograron una comunicación fluida con el público que colmó la sala, estableciendo un misterio, una poética magia inexplicable, digna del homenaje póstumo a un grande del periodismo deportivo como lo fue Eddy Martin. Sin temor a la exageración podemos decir que fue una noche llena de celebridades.
Algunos lloraron de emoción mientras escuchaban a Ana Martin al piano y veían las imágenes del narrador y comentarista deportivo en el fondo del escenario sobre la gigante pantalla. Se nos ocurre pensar a Eddy Martin hablándonos con emoción de nuestros atletas sobre el arco iris, mientras sonríe porque sabe que no lo olvidamos.
Eddy Martin Sánchez, desde ya convertido en leyenda recibió uno de los tributos más emotivos, muestra de lo maravillosa que pueden ser la música y la poesía para rendir tributo y homenaje, en este caso a uno de los periodistas deportivos más originales e influyentes de la s últimas generaciones de cubanos. (Agradecimiento por fotos de: EDDY MARTIN Jr.)
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