El XX Festival Internacional de Ballet de La Habana llega a su fin con una gala de lujo protagonizada por bailarines cubanos e invitados extranjeros, entre ellos José Manuel Carreño, Julio Bocca y Patrick de Bana.
Concluye el reinado de la danza durante 10 días en sus varias facetas y un público fiel acompañándola, inmune a la lluvia de un noviembre húmedo, de brisa hosca y a veces cortante.
En la escena del Gran Teatro de La Habana, piezas como Non, je ne regrette rien, de Ivan Ferrier, con música de Edith Piaff. La danza la ponen Agnés Letestu y José Martínez, del Ballet de la Opera de París serán vistas esta noche.
Este dúo satisface las apetencias del público habituado a recibir lo mejor en cada festival organizado por Alicia Alonso, quien prolonga así su paso legendario por este arte.
Se incluirá el Grand pas de quatre y estará el gran Julio Bocca, quien se prodigó aquí con cuatro funciones marcadas por su talento.
Patrick de Bana actuará con Ana Badía, también estará la española Ana Laguna, quien bailará la música de O sole mio, en la voz de Luciano Pavarotti.
José Manuel Carreño, primera figura del American Ballet Theatre, ofrecerá un solo “Ave María” que la crítica augura excepcional. Carreño, uno de los bailarines más prestigiosos del mundo, es miembro de una dinastía familiar iniciada con sus tíos Lázaro y Alvaro, y continuada por él y Joel, el más joven retoño.
José Manuel y Carlos Acosta, intérprete surgido de las filas del Ballet Nacional de Cuba -artista invitado del Royal Ballet de Londres, vuelven a la isla cada vez que pueden para entrar en contacto con su público natural y reafirmar sus raíces y tener esta retroalimentación vital para ambos, apegados a sus orígenes.
Como lo prometió Alicia Alonso, ella aportó tres coreografías: Desnuda luz de amor, concebida especialmente para la italiana Carla Fracci, Cuadros de una exposición y Mozart divertimento.
También hubo estrenos de corte experimental como Good night, Mozart, del coreógrafo y bailarín alemán Patrick de Bana, basado en la fusión de música clásica, flamenca y árabe. Un mestizaje de dos culturas que se atraen en un juego de cercanías y distancias mientras, el cubano Iván Tenorio propuso Teseo y el minotauro, una versión del famoso mito griego reinterpretado por su autor como el triunfo de la civilización sobre la barbarie.
El XX Festival Internacional de Ballet de La Habana dará vuelta a otra de sus páginas repletas de acontecimientos e hitos, pródigas en experiencias estéticas.
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