Alegría y color distinguieron al Carnaval 2007, fiesta que mostró lo más genuino de sus tradiciones, arte y folclor, y que el pueblo de la capital cubana supo agradecer con vítores y aplausos.
El espectáculo denominado "Un carnaval para las Américas y el Mundo" presentó una estampa con estudiantes de la Escuela Latinoamericana de Medicina que danzaban portando banderas de sus respectivos países al compás del son Por eso yo soy cubana, interpretado por la joven Laritza Bacallao.
El rescate de la imaginaría plástica de estos festejos se observó en las semblanzas española y africana, en los muñecones y los íremes gigantes, así como en el vestuario de las comparsas como La Sultana, y Los Marqueses de Atarés.
Destreza y elegancia desplegaron los integrantes de la Escuela Nacional de Arte con un espectáculo que incorpora las artes circense y danzario, el ballet y la música.
Otro elogio lo merecieron Los Guaracheritos de Regla, en representación del Carnaval Infantil.
La motorizada con sus acrobacias, la Danza del León, el Ballet de la Televisión Cubana, la presencia de Glorias del Deporte sobre los gustados Cocotaxis hicieron las delicias de la noche en el Malecón habanero.
Entre las mejores muestras de la cubanidad estuvo la carroza-espectáculo con una síntesis del quehacer de Tropicana, el cabaret más famoso del mundo.
En un todo único se fundieron para conducirnos en un viaje a los orígenes las comparsas tradicionales y contemporáneas cada una con su fantasía e historia.
Así desfilaron Componedores de Batea, Las Bolleras, Los Marqueses y La Jardinera, y también Jóvenes del Este, La Giraldilla y La FEU para cerrar con Los Guaracheros de Regla.
Hasta bien entrada la madrugada el pueblo de Ciudad de La Habana bailó con la orquesta de Pupy y los que son son, en la Piragua, donde cada noche estará una agrupación diferente al concluir el desfile del Carnaval.
Hasta hoy domingo 12 se extenderá la cita festiva, que acontece en el período vacacional por excelencia de las nuevas generaciones.
Esta edición se distingue de las anteriores por cuatro jornadas de homenajes, del nueve al 12 de agosto, la primera de la cual agasajó a destacadas instituciones y personalidades de la cultura cubana.
La noche del nueve se rindió tributo a las comparsas Los Marqueses de Atarés y a las Boyeras por su 70 aniversario de existencia, a la UJC y la Escuela Nacional de Arte por sus 45 años de fundadas, y a los Guaracheritos de Regla por sus 35.
La conga, como género por excelencia de estas fiestas populares, fue la protagonista el día 10, cuando unos mil músicos hicieron repicar los tambores; mientras que el 11 le correspondió a la Farola, símbolo del Carnaval habanero.
Esta noche de las premiaciones cada galardón llevará el nombre de un artista cubano que ha dejado su impronta en el Carnaval de La Habana.
Otra de las particularidades de la convocatoria festiva fue el rescate de seis áreas caracterizadas: el rincón del bolero, de la rumba y del baile casino, la discotemba, la peña del humor y el cabaret cubano.
Estas opciones permitieron una alternativa diferente al pueblo capitalino que escogió disfrutar de las citadas ofertas o del desfile desde las gradas, palcos y tribunas en las aceras norte y sur del Malecón con capacidad para siete mil personas, y con atención gastronómica garantizada.
Cada noche actuaron afamadas orquestas en La Piragua, explanada que en la noche de clausura y premiación presentaron una programación especial esperando el cumpleaños del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.
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