El dúo que fundaron Israel Rojas y Joel Martínez, ahora una agrupación, se dio a conocer nacionalmente en el año 2001 cuando grabaron temas como Filosofía al Día y Déjame entrar, después popularizaron composiciones como Corazonero y el tema del popular programa televisivo Punto G. Cuento con sus dos discos y confieso que no me canso de oírlos, pues sus letras dicen tanto y sus melodías son tan contagiosas. A veces pienso que me siento como cuando escuchaba Yesterday o And I love her siendo un adolescente.
La música de estos dos jóvenes guantanameros se caracteriza por que su formación trovadoresca está presente en todos los textos, llenos de reflexión acerca de la realidad actual, con una sonoridad contemporánea, que permiten arreglos musicales que inscriben, cada una de las canciones, dentro de los más variados géneros de la música cubana, con influencias del pop y el rock. Sus presentaciones en vivo, la radio y televisión nacionales, han logrado inscribirlos en los primeros lugares del gusto popular.
Me parecía mentira la tarde en que escuché decir en medio de una callejuela de Caibarién que Buena fe estaría esa noche en concierto en un sitio llamado la pista, donde los jóvenes bailan los fines de semanas al aire libre.
Buena Fe está entre las agrupaciones musicales de mayor demanda hoy día, especialmente entre los jóvenes que admiran las letras de sus canciones y por la interpretación.
Testimonio de ello es la ubicación de varios números en las principales listas de éxitos musicales del país, y la multitud de personas que concurre a sus conciertos en plazas y teatros.
En la noche cuando ya entre cervezas y la conga santiaguera que tanto se ha estado bailando por estos días casi había olvidado lo que escuché…
Sí, de repente, cuando la noche se hacía más vieja, aparecieron, ahí, en la sencilla pista estaba Buena fe.
Aunque ellos no precisan de grandes escenarios para hacer su música. Aún después del tercer CD, con seguidores en todo el país y manteniéndose por varios años en los primeros lugares del hit parade nacional, con una premiada discografía, sólo necesitan de una guitarra y sus voces, ahora llegaron con su grupo que enriquece el campo sonoro de una forma extraordinaria.
La emociones, las canciones a coro, el diálogo chispeante, los brincos, las palmadas…
¡Que nochecita! ¡Que conciertazo!
Nunca mejor en otro sitio ni nunca más sentido y tremendamente disfrutado.
Para ellos el público merece siempre lo mejor, no importa si en un lujoso teatro o en un sitio como este humildísimo pero repleto de calor human o y simpatía.
Buena fe es lo máximo, decía un joven y yo lo apoyo, dieron lo mejor, por si las moscas…
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