jueves, octubre 26, 2006

Fiesta de la Danza en La Habana

El Festival Internacional de Ballet de La Habana levanta el telón con la intención de celebrarse a sí mismo como uno de los principales eventos de la danza en el mundo, en ocasión de su vigésimo aniversario, y con la presencia, una vez más, de algunas de las mayores figuras del ballet de todo el orbe una vez más en nuestra capital.

Desde el sábado 28 de octubre y hasta el 6 de noviembre, nuestra ciudad junto a algunas otras ciudades de Cuba serán el escenario elegido por estrellas como el argentino Julio Bocca, quien además de presentar su espectáculo Bocca Tango, interpretará por última vez, pues ha anunciado su retirada de los escenarios para finales del año próximo, el papel protagónico en El lago de los cisnes.

Figuras internacionales como la italiana Carla Fracci, la rusa Natalia Osipova, la danesa Silja Schandorff, el ucraiano Iván Vasiliev, el español Farruquito, el Ballet de Magdeburgo, Alemania y el Centro Coreográfico de Valencia., estarán en este evento clásico internacional.

Alicia Alonso declaró que este año además se realizará cada noche como mínimo un “estreno mundial absoluto”, algo que no se ha hecho nunca antes en ningún festival de ballet del mundo, lo que constituye un “privilegio histórico” para nuestro Ballet.

Habrá coreografías de la propia Alicia Alonso, como su Cuadros de una exposición o Desnuda luz del amor. Cuadros de una exposición sugiere la hipotética visita a una exposición, donde cada pieza musical corresponde a un cuadro diferente. En esta pieza la Alonso destacó la labor de afamados pintores cubanos que han creado gigantescos óleos como escenarios para la obra.

Del coreógrafo norteamericano James Kelly veremos A través de tus ojos, un “ballet abstracto” inspirado en la idea de “cómo crear utilizando sólo el tacto”. También del español Goyo Montero apreciaremos El día de la creación.

Junto a estos estrenos también se representarán los siempre clásicos del Ballet Nacional de Cuba como Giselle o El Lago de los Cisnes.

Igualmente será homenajeado Wolfgang Amadeus Mozart en el año en que se conmemora el aniversario 250 de su natalicio, pues varias obras estarán inspiradas en la música de este compositor austriaco.

Veremos Good night… Amadeus, obra estrenada en abril de este año en el Festival de Alcalá de Henares, España, dirigida en La Habana por el bailarín y coreógrafo alemán Patrick de Bana, interpretada por la española Nafas Dance Company.

Presentada ya con éxito en varios países, como Holanda, Grecia, Francia, Chipre y Turquía; en esta coreografía el alemán se acerca al mundo oriental que tanto inspiró a Mozart, con un lenguaje que va de lo más clásico hacia lo oriental.

Mozart Divertimento de Alicia Alonso y Danzas de Mozart, del también cubano Eduardo Blanco, completar´ñan el homenaje al genio de la música clásica de todos los tiempos.

Paralelo al Festival de La Habana habrá todo un conjunto de actividades, entre las que se destaca un curso especial de técnica de ballet para profesionales, maestros y estudiantes de nivel avanzado en el que se estudiarán la técnica, estilo y los conceptos interpretativos de la escuela cubana de ballet.

Exposiciones, conferencias y ciclos de cine y de video completarán una larga semana dedicada a la danza y que, como desde sus comienzos, ha tenido como lema una frase del escritor cubano Alejo Carpentier, quien afirmara que “El espíritu de la danza es inseparable de la condición humana”.

En el Cinematógrafo Lumière se ofrecerá una selección de programas de La danza eterna que incluyen algunos momentos relevantes de anteriores ediciones de los Festivales Internacionales de Ballet de La Habana.

En la Galería La Acacia habrá una muestra fotográfica del destacado artista cubano Jorge Valiente, donde se recogen imágenes inéditas de la prima ballerina absoluta Alicia Alonso, fundadora y actual directora del Ballet Nacional de Cuba, cuyo título es Alicia de instantes eternos…

Tendrá lugar la V edición del Concurso Iberoamericano de Coreografía CIC 2006.

Lo mejor de la danza mundial está casi ya de regreso a La Habana.

viernes, octubre 20, 2006

Charles Aznavour en La Habana

Dos grandes de la música, el gigante de la canción francesa Charles Aznavour y el pianista y compositor cubano Chucho Valdés se unieron por primera vez en un disco que comenzó a grabarse en Cuba, el cual combina románticas letras y la sonoridad de los ritmos de la Isla. También participan Pablo Milanés, Joan Manuel Serrat y Mercedes Sosa.

El mítico artista francés, de origen armenio, autor de casi un millar de canciones, muchas de ellas interpretadas por voces tan conocidas como Edith Piaff, Maurice Chevalier, Ray Charles, Liza Minelli o Plácido Domingo, estuvo en La Habana por tres semanas para avanzar en la grabación de la música en los estudios Abdala donde graba en francés y hará versiones en español.

Considerado el embajador por excelencia de la chanson francesa y uno de los más famosos "crooner", Aznavour estuvo aquí desde el domingo ocho y se sorprendió por la popularidad de que goza entre los cubanos. Viajó a Cuba tras una exitosa gira artística que en los últimos treinta días lo llevó a Estados Unidos, Canadá y Armenia. Pero también paseó su sonrisa de romántico impenitente por la capital de todos los cubanos.

El disco que graban está integrado por once temas, incluido un instrumental, en el que se funden diferentes ritmos cubanos tradicionales, como el chachachá, el danzón y el bolero. Él ha grabado más de cuarenta discos, con canciones en español, inglés y alemán, además de en francés.

La idea de reunirse Aznavour y Valdés en Cuba surgió a principios de este año cuando el pianista cubano estuvo en París para participar en un concierto con el compositor francés Mitchel Legrand.

Este intérprete de 82 años es muy conocido en Cuba desde la década de los sesenta cuando arrasaba en la preferencia de los cubanos. Y todavía se escuchan con placer Venecia sin ti, Quién, Buen Aniversario, la Bohemia, La mama y nos emocionamos mucho, al menos los de mi generación. Ahora, poco más de tres décadas después, nos está dando este tremendo alegrón de tenerlo en La Habana grabando con Chucho, a quien mucho admira según reconoció. En el 2002 grabó con el fallecido Compay Segundo, una de las leyendas de la música de la isla reunidas en el proyecto Buena Vista Social Club. En esa ocasión grabó el tema Morir de amor, para el disco "Duetos".

Indudablemente que ha seducido a varias generaciones con sus canciones románticas. Hace varios años resultó elegido como uno de los cantantes más célebres del siglo XX, junto a Elvis Presley y Bob Dylan, entre otros.

Nacido por casualidad en París en 1924, Charles Aznavour se relacionó con el mundo del espectáculo desde niño, en el restaurante que su padre instaló en París nos cuenta el artista:

“Mi abuelo tenía un restaurante ruso, mi padre también, en la calle de la Huchette, en París. Era cantante barítono, mi madre era actriz y yo los veía actuar y cantar en espectáculos armenios y rusos, en bailes. Hacían giras por Lyón, Marsella, Valence, en todas partes donde había una importante comunidad armenia... También yo comencé a actuar en el teatro a la edad de nueve años...”

En el año 1946 conoció a Edith Piaf, quien le apoyó y aconsejó en su carrera que despegó a mediados de los años cincuenta desde la famosa sala Olympia, con títulos tan famosos y universales como La Bohême, Comme ils disent, Je m'voyais déjà.

En el año 1965 se presentó por doce semanas consecutivas en el Olympia, con treinta canciones

Charles Aznavour ha sido merecedor de muchos reconocimientos, entre ellos, en 1969 el premio de la Sociedad Americana de Autores y Compositores por su canción Hier Encore y la medalla Vermeil de la ciudad de Paris; el León de Oro del Festival de Venecia por la versión en italiano de la canción Mourir d'aimer en 1971; un disco de platino por la canción She en Gran Bretaña en 1974 y el "César" honorífico de la Academia Francesa de Cine por su carrera profesional, en 1997.

Luego en el año 1989 Charles Aznavour fue nombrado Embajador permanente de Armenia por la UNESCO.

Paralelamente a la canción, Aznavour ha llevado su trabajo como actor en el teatro, cine y la televisión, en una trayectoria en la que ha sido dirigido por directores como Francois Truffaut.

El Hotel Nacional de Cuba lo declaró Huésped Ilustre y le otorgó el Bastón de la Fidelidad.

domingo, octubre 08, 2006

¿Pedro Navaja o Lola Metralla?

Hace unos pocos días un especialista decía que el teatro musical cubano está resucitando y que muchas personas están inmersas en ese esfuerzo. Y realmente se aprecia el proceso de vuelta a la vida. Al menos es eso lo que pude apreciar durante mi asistencia a la presentación de la ya legendaria comedia musical La verdadera historia de Pedro Navaja, en el Teatro América de la capital.

Por mucho tiempo el género musical ha estado ausente de nuestros escenarios. Algunos aislados intentos han fracasado por causas diversas. Hace poco tiempo pudimos ver Un día en el Solar, pero sólo unas breves representaciones que no constituyeron una verdadera temporada.

Claro que se hace difícil conseguir un elenco idóneo teniendo en cuenta que los actores tienen que cantar, bailar y actuar, sin que una forma relegue a las otras a un segundo o tercer plano. Es actuación, música, coreografía todo a un mismo nivel.

Esta vez Pedro Navaja nos llega en una versión del libreto original, de Nelson Dorr, con la acción transmutada a la Cuba prerrevolucionaria con su ambiente de corrupción en un cabaret de estilo francés.

La danza es digna de destacarse en esta ocasión. La obra empieza con un can-can interpretado por los camareros del Mon Cheri, nombre del cabaret habanero, uno de los tantos de entonces.

Todos los personajes se mueven en aquel cabaret durante la última noche del año 1958. Conocemos la historia de Pedro en ese momento y en ese lugar, con una concepción llamativa del delincuente, de etiqueta, un criminal de guantes blancos, insertado dentro de la corrupta clase acomodada habanera, de quien es fruto y títere manipulado por sus intereses.

Es un elenco muy variado que demuestra dominio del movimiento escénico y del aspecto musical. Aunque en ocasiones hay elementos que sobran a mi entender y aportan muy poco a la pieza. La música está toda grabada con una aceptable calidad, que permite doblar con mucha naturalidad.

La obra tiene buenas versiones de conocidos boleros, canciones populares y hasta un tango, 16 coreografías, y otras escenas a manera de divertimento. Se emplea parte del tiempo en la conocida representación de La isla de las cotorras, del teatro bufo cubano cuyo único objetivo al parecer es extender el espectáculo, pues nada aporta al discurso del drama. Esta se presenta como parte del show del cabaret.

Se divaga por las tantas apariciones de pequeños personajes y tanto baile en buenas coreografías pero que no mantienen ninguna unidad entre ellas.

Ciertamente que Lola Metralla es quien se roba el show y no Pedro Navaja como es de suponer. Lola es un personaje de mucho peso. Su actuación es intensa, que convence, de esas que se quedan como recuerdo de una buena puesta en escena. Grato momento la aparición del personaje Tacón Cristal.

Se dice que la obra es una comedia musical, pero esta en realidad es más bien una revista musical con bastante desbalance entre la danza, el canto y la actuación.

Claro, Pedro Navaja no es por eso un espectáculo chabacano, grotesco, vulgar ni mucho menos. El vestuario es excelente, lo mismo que los arreglos musicales e interpretaciones de Musical Habana, una de nuestras más destacadas compañías de danza.

Lo más importante es que la obra subió de nuevo a las tablas para llenar un vacío que ya empezaba a preocuparnos.

En general se pasa un buen rato, se disfruta de magníficos profesionales y nos queda el placer de comprobar que el teatro musical nuestro aún respira y que se salva. He sugerido a amigos que asistan y saquen sus propias conclusiones y valoraciones como he hecho yo.