La Princesa de Cuba

Capital de la provincia de su mismo nombre, Pinar del Río es una de las ciudades más pintorescas de Cuba. Situada en el extremo occidente de la Isla logró mantener una identidad propia ajena a la influencia de las otras ciudades cubanas.
Fue fundada en 1699, aunque se sabe que su génesis es anterior.
En 1710 se levantó la primera ermita en el corral de Pinar del Río, bajo la advocación de San Rosendo, fecha que han decidido algunos historiadores como la de la fundación de esta ciudad, aun cuando ni la de 1699 ni la de 1710 sean las que determinaron el fomento de su población en una llanura al pie de la Sierra de los Órganos y a la orilla del río Guamá.
Su nombre le vino de estar asentada junto a un gran pinar.
En 1834 se estableció el edificio de correos, en 1836 una escuela de primeras letras, en 1838 un teatro, en 1839 el cementerio, en 1841 la empresa de vapores, en 1843 un reloj público, un teatro definitivo y una alameda para recreo de los habitantes. El ayuntamiento fue creado en 1859 y le fue otorgada la categoría de Villa. En 1867 fue declarada Ciudad.
Durante la guerra de Independencia las cercanías de la ciudad vieron numerosas acciones, algunas de ellas importantes, como la de Taironas, en cuyo lugar el ayuntamiento de Pinar del Río erigió en 1907 un monumento conmemorativo.
Fue esta provincia la más atrasada de la Isla hasta el año 1959 en que comenzaron sus transformaciones sociales, económicas y de todo tipo por lo que dejó de ser La Cenicienta de Cuba, apelativo con el que se le conocía.
La ciudad se comunica por carretera hacia el norte con Viñales, continuando hacia el puerto de la Esperanza, donde entronca con el Circuito Norte el cual conduce hacia la ciudad de La Habana por todo el norte de la provincia de Pinar del Río. Al oeste con Guane, Mantua y Sandino. Hacia el sur con los embarcaderos de La Coloma, por una carretera con tal destino. Y con el resto de la provincia y toda Cuba al este por medio de la Autopista y la Carretera Central.